El rey belga entrega la corona a su hijo el príncipe Felipe alegando su avanzada edad y su estado de salud
El rey Alberto II de Bélgica ha abdicado a favor de su hijo el príncipe Felipe, afirmando que su edad y su estado de salud no le permiten cumplir a fondo con todos sus deberes. El monarca, de 79 años, se dirigió al pueblo en un discurso televisado para anunciar su decisión.
“Soy consciente de que mi edad y mi salud ya no me permiten desempeñar mis obligaciones”, declaró el rey, quien asegura que su sucesor se encuentra bien preparado para reinar, al igual que la futura reina consorte: la princesa Matilde.
Aunque el monarca belga no tiene poderes ejecutivos y desempeña un papel principalmente ceremonial, es un factor unificador muy importante para un país como Bélgica, que enfrenta los retos de una división geográfica, lingüística y socioeconómica. La figura del rey juega aquí un importante papel como el elemento institucional capaz de garantizar la integridad del territorio. Alberto II se ha caracterizado por ser un monarca muy popular entre su pueblo y también en la vida política, reconocido por su carácter poco complicado y su actitud easy going.
La noticia de esta retirada prematura del trono por el rey belga llega apenas unos meses después de que la reina Beatriz de Holanda hiciera lo mismo, cediendo su lugar a su hijo Guillermo Alejandro.
El próximo 21 de julio el primogénito de Alberto, Felipe de Brabante, de 53 años, ascenderá al trono y se convertirá en el nuevo rey de Bélgica.