Ha pasado exactamente un año desde la muerte de la reina Isabel II y, a pesar de los diferentes roces y escándalos en los que se han visto envueltos algunos miembros de la Familia Real en los últimos meses, actualmente la realeza sigue manteniendo buenos niveles de popularidad y aceptación en el pueblo británico.
Sin embargo, aunque la monarquía sigue siendo bien vista por los ciudadanos del Reino Unido, también es cierto que es más criticada que nunca por el mismo pueblo. Ante ello, su actual soberano Carlos III enfrenta grandes retos y desafíos en su búsqueda por mantener a la corona vigente y, al parecer, va por buen camino.
Los británicos siguen a favor de la monarquía
Una reciente encuesta de la firma YouGov arrojó que el 61 % de la gente entrevistada está a favor de mantener la institución monárquica. Mientras que el 24% de los encuestados opinaron que preferirían tener a un jefe de Estado que fuera elegido mediante votaciones.
Asimismo, este sondeo fue realizado a 2,020 personas del Reino Unido durante el mes de agosto, a quienes además se les preguntó sobre el actual rey. De esas opiniones, el 59 % expresó que está satisfecho con Carlos III. En tanto que un 17 % expresó no estar de acuerdo con ello.
Los retos de Carlos III para mantener vigente la corona
Al igual que su madre, el rey Carlos enfrenta grandes problemas familiares, principalmente con los Duques de Sussex, quienes se separaron de la realeza desde 2020 y a partir de ahí, se han derivado grandes polémicas como las revelaciones que han hecho Harry y Meghan sobre malos tratos y pleitos que han tenido con algunos de los Windsor.
Incluso, a principios de este año el príncipe Harry publicó un libro con sus memorias, en donde destapó que en una ocasión tuvo un altercado físico con su hermano mayor William, debido a que éste hizo comentarios negativos sobre su entonces novia Meghan Markle.
Pero esto no es lo único que ha puesto en jaque a la Casa Real pues también en los últimos años, el príncipe Andrés de York (y hermano de Carlos), fue despojado de honores tras verse implicado en un escándalo de presunto abuso sexual y destaparse su polémica amistad con Jeffrey Epstein.
Con esto, es evidente que el soberano de la monarquía británica tiene por delante el gran reto de limpiar la imagen de su institución, ante las polémicas y el distanciamiento con su hijo menor.