La separación entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, anunciada oficialmente en enero de 2022, marcó un antes y un después en la historia reciente de la Casa Real española. Sobre todo por la polémica antecedida en su implicación en el controversial caso Nóos.
Por ello es que ahora que se cumplen tres años de aquel inesperado anuncio, la experta en realeza y escritora Pilar Eyre ha desvelado tres señales clave que, aunque pasaron desapercibidas en su momento, anticiparon el desenlace de este matrimonio.
La falta de visitas de la infanta Cristina a Iñaki Urdangarin a la prisión de Brieva
Una de las primeras alertas llegó durante el tiempo que Urdangarin cumplía condena en la cárcel de Brieva. Según lo que cuenta Eyre en su canal de YouTube, y que recoge Lecturas, la infanta Cristina, quien se encontraba residiendo en Ginebra junto a sus hijos en ese entonces, nunca fue vista visitándolo.
“En este tiempo, no hubo una fotografía de ella entrando. No a pie, claro, pero ningún coche con ventanas tintadas, ningún movimiento en la puerta trasera”, relató la escritora.
Aunque se especulaba que esta ausencia se debía a su dedicación a la crianza de sus hijos en un momento de incertidumbre, la realidad parecía indicar que el distanciamiento emocional ya había comenzado.
La extraña decisión tras el tercer grado de Iñaki Urdangarin
La segunda señal llegó cuando Urdangarin obtuvo el tercer grado y muchos asumieron que la familia aprovecharía la oportunidad para reunirse tras años de separación forzada. Sin embargo, la infanta permaneció en Suiza, mientras Iñaki se trasladó a Vitoria para vivir con su madre. Esta desconexión geográfica y emocional, que Eyre calificó como “una decisión un tanto extraña”, alimentó las dudas sobre la estabilidad del matrimonio.
El contacto con un abogado de divorcios en Barcelona
Sin embargo, la pista que delató su ruptura definitiva llegó cuando Cristina de Borbón visitó a un abogado especializado en divorcios durante un viaje a Barcelona. Un movimiento que significaría un paso concreto hacia la separación.
Si bien en ese momento no existía una confirmación oficial, unos meses después salieron a la luz unas imágenes de Urdangarin paseando de la mano de Ainhoa Armentia, su nueva pareja. Por lo que tras fotos, los demás movimientos de la infanta encajaban perfectamente.
No obstante, el descubrimiento de la relación de Urdangarin con Armentia fue el punto de inflexión para que la Casa Real hiciera pública la separación. Según Eyre, incluso Letizia Ortiz intentó advertir a su cuñada sobre el inminente escándalo un día antes de que fueran publicadas dichas fotografías. Un gesto que Cristina no recibió con agrado, lo que enfrió aún más la ya tensa relación entre ambas.