Lady Di nació el 1 de julio de 1961 y murió el 31 de agosto de 1997. A pesar del paso del tiempo y después de tanta información alrededor de la llamada “Princesa del Pueblo”, todavía quedan algunas dudas acerca de las razones por las que teniendo un supuesto porvenir prometedor, todo terminó en tragedia.
Hay un principio que reza: “Infancia es destino”, y son los padres quienes de acuerdo al trato y a las enseñanzas con que hayan formado a sus hijos, determinan su desempeño en la vida adulta. Indudablemente Diana tuvo una vida opulenta, cercana a la realeza británica, con muchas oportunidades para realizar cosas que dependían solo del dinero, pero en su desarrollo personal fue una niña abandonada que pasó gran parte de su infancia al lado de sus hermanos y bajo el cuidado de nanas, hasta que la edad les permitía ser internados en prestigiosos colegios de los que solo salían temporalmente durante los periodos vacacionales. Ese fue el principio de la vida de la princesa, pero poco a poco su crecimiento se fue alimentando de experiencias en las que lo negativo se privilegió y, por lo tanto, carecía de herramientas para resolver los sucesos que se le presentaron al paso de los años.
10 razones para entender a la princesa Diana
Aunque sería imposible hacer un recuento de cada momento que marcó su destino y muchos ya se han mencionado, vale la pena hacer un recorrido por los senderos más privados de Diana para explicarse su vida. Así transcurrió su historia: (Foto: Getty Images) 1. En las grabaciones de audio que Diana hizo con la ayuda de diversos aliados para Andrew Morton, confesaría que en el seno familiar no era apreciada: “Mi familia decía que yo era tonta, que el inteligente era mi hermano. Mis padres nunca me decían que me querían”. Di fue una chica que vivió de cerca la violencia intrafamiliar que se traducía en este tipo de manifestaciones, además de las constantes peleas entre sus padres y la disputa por la patria potestad al divorciarse. Estas situaciones provocaron que creciera con una baja autoestima, sintiéndose vulnerable ante todo y carente de seguridad en sí misma, explica el psicólogo Hans Olvera, investigador de la Universidad Iberoamericana. “Esto influyó en definitiva en su autoimagen, de ahí que desarrollara bulimia, además no se sentía valiosa y por ello buscaba la aprobación de todos quienes le rodeaban: pareja, amantes y miembros de su familia. Es un hecho que nunca se atrevió a alzar la voz porque asumía que era merecedora de un trato despectivo, así había crecido. Esto explica también la razón por la que pasó tanto tiempo antes de que fuera ella quien sugiriera la idea del divorcio”, dice el especialista. 2. Siempre fue el blanco de abusos, burlas y faltas de respeto, y lejos de aprender a marcar los límites, se prestaba a ello haciendo lo que los demás le decían y autocastigándose cuando sentía que no era aceptada. Ese sentido de obediencia le quitó el poder de tomar sus propias decisiones y de analizar lo que era o no conveniente para sí. “Los desórdenes alimentarios que sufrió también fueron un gran reflejo de la ansiedad que sentía por sentirse inapropiada, lo mismo que los intentos de suicidio, que dejaban en claro su necesidad de desaparecer al no considerarse valiosa ni digna de ser respetada”, abunda el psicólogo. (Foto: Getty Images) 3. A pesar de que ella aseguraba haberse casado enamorada, era improbable que fuera así, ya que su convivencia con Carlos de Inglaterra ocurrió en contadas ocasiones. Además, Diana dijo en las grabaciones que él era muy raro: a veces podía ser entusiasta y otras completamente indiferente, así como también era común que fuera su mayordomo quien le anunciara de las invitaciones a salir o la llamara por instrucciones del príncipe. De acuerdo al especialista: “Los primeros meses de una relación son una etapa de enamoramiento en la que todo es perfecto. Conforme madura, se empiezan a conocer y a aceptarse plenamente, entonces se puede hablar de amor. En el caso de esta pareja esto fue imposible, considerando también que ella era la única que se esforzaba. Es una posibilidad que como le sucede a muchas personas, estuviera enamorada de una ilusión, pero no del sujeto en cuestión”. 4. No solo fue la desilusionó del desamor. Con el paso del tiempo y acciones muy claras, descubrió que Carlos era un tipo insensible y egoísta, con ella, con sus hijos y con sus propias amistades. En 1988 mientras esquiaban en Suiza, una avalancha puso fin a la vida del comandante Hugh Lindsay, un amigo íntimo de la pareja. Aunque tras el accidente, los testigos afirman que Carlos lloró y pidió que le avisaran de inmediato a la reina Isabel II, no abandonó sus vacaciones pese a la petición que le hiciera Diana, él contestó que su amigo ya estaba muerto y no había nada más por hacer. Ella tuvo que regresar sola acompañando el féretro para darle la noticia a la viuda. (Foto: Getty Images)
5. Las constantes traiciones de que fue víctima desquebrajaron su confianza hacia los demás y hacia sí misma. En vida nunca ignoró que muchas de las personas a las que apreciaba la traicionaron y algunas de ellas han continuado, después de su muerte. Según explicó en una entrevista Elton John, en sus últimos años de vida, la princesa confió en las personas equivocadas y dejó de lado a sus verdaderos amigos. Llegó al punto, según el cantautor, de renunciar a tener personal de seguridad, porque creía, con sobrada razón, que querían hacerle daño. Según los expertos, esta imprudencia fue la que cobró su vida. 6. En su existencia le tocó un lugar muy difícil de sobrellevar. Si bien era consciente de la infidelidad de su esposo, estaba cansada de las humillaciones y el maltrato que recibía por parte de él y de los Windsor, no podía salir por su propio pie de ese ambiente. Había que cuidar las apariencias y esa era una razón por la que Isabel II le insistía en que siguieran apareciendo en actos públicos juntos, según explica su biógrafo Andrew Morton. Pero más allá de este escenario, había un punto inquebrantable: Diana había reconocido públicamente su infidelidad y aunque él también lo era, ella tenía mucho más que perder, como la tutela de sus hijos, y no estaba dispuesta a aceptarlo, pues eso le ocurrió a su propia madre. (Foto: Getty Images) 7. Hablar de la historia de Diana implica volver una y otra vez a un mismo punto: la inmensa soledad que le aquejaba y aunado a ello, la necesidad que tenía de sentirse amada. Esto hizo que más de una vez se rodeara de personas inapropiadas que fingían tenerle afecto y que penetraron en su intimidad para sacar provecho de ella, incluida su familia. En este sentido, un programa de la cadena británica ITV transmitido en 2004 dejó al descubierto la manipulación que hicieron su madre Frances Shand y su hermana Sarah sobre la herencia que dejó y sus deseos. Fue tal el escándalo que Isabel II pidió que dejaran en paz la memoria de Diana, por respeto a William y Harry. 8. A lo largo del tiempo se le relacionó con distintos hombres con quienes se le ligó sentimentalmente y dejaban en duda la honorabilidad de la princesa. Al respecto, el especialista Hans Olvera advierte que esta situación se debió a la necesidad que tenía de sentirse aceptada, protegida y de recibir afecto, lo cual se entiende muy bien cuando se comprueba que la mayoría de las parejas con las que se relacionó, formaban parte de su personal de seguridad y algunos de ellos eran sobresalientes, como el doctor Hasnet Khan. 9. A pesar de que Carlos le llevaba a Diana 12 años, nunca se trató de un hombre maduro psicológicamente hablando. Ya la madre de la princesa lo había definido como “un niño malcriado y mimado”, según un diario británico. Y no carecía de razón a juzgar por las actitudes y razonamientos del príncipe heredero, de quien se dice, la noche anterior a la boda, se la pasó llorando y aseguraba que Diana era una mujer a la que podría aprender a amar, pero que su gran amor era su amante Camilla. La falta de compromiso y de afecto hacia Diana fue una de las principales causas para que el matrimonio fracasara, pese a que ella atribuía una gran responsabilidad a los medios de comunicación que enaltecían su labor y a la gran admiración que las personas sentían por ella, lo cual despertaba los celos de un orgulloso príncipe que pasaba completamente desapercibido y que incluso era rechazado. Todo este conjunto de elementos hacía imposible que esa relación se salvara y pudiera transformarse en algo positivo para los dos. 10. La naturaleza altruista de Diana la acompañó desde su primera infancia, pero con los años su papel como miembro de la realeza, le llevó a moverse como pez en el agua en algo que naturalmente le apasionaba: la ayuda hacia el prójimo. Su labor se proyectó de manera importante cuando conoció a la Madre Teresa de Calcuta, quien al enterarse por propia voz de la princesa, de las desavenencias que enfrentaba en su matrimonio, le dio un consejo que transformó de una forma increíble la vida de Di: “Dale sentido a tu vida y refúgiate en dar amor a los demás”. Diana tomó el consejo y dedicó su vida a ayudar de todas las formas en que le era posible, y transmitió a sus hijos la sencillez y el interés por procurar el bienestar del resto de las personas.
“Cuando eres feliz, puedes perdonar muchísimo”, Diana de Gales.
Por: Vanidades