Victoria’s Secret atraviesa innegablemente horas bajas. Sus desfiles han pasado de considerarse un despliegue de fantasía y sensualidad a ser visto como un evento que perpetúa unos cánones de belleza anacrónicos y muy limitados. Luego, las declaraciones de su jefe de marketing -Ed Razek- afirmando que en su marca no había cabida para modelos de tallas grandes o transgénero hicieron que celebridades como Halsey, que había actuado en la última presentación de su show anual, le diera definitivamente la espalda a la marca.
Adiós a los "ángeles”
La última en morder la mano que la alimentó en el pasado ha sido Karlie Kloss. En su defensa, la modelo ya se desvinculó de la compañía en 2015, pero ahora quiso explicar de forma extensa los motivos que la llevaron a tomar esa decisión dando a entender que su máster universitario en estudios feministas era incompatible con su papel de ángel. “La razón por la que decidí dejar de trabajar con Victoria’s Secret es que no sentía que la imagen que estaba proyectando fuera una reflejo fiel de quién soy y del mensaje que quiero transmitir a las mujeres jóvenes de distintos lugares del mundo acerca de lo que significa la belleza. Para mí, ese fue un momento clave en mi camino hasta aceptar mi poder como feminista y empezar a tomar mis propias decisiones para controlar mi narrativa, a través de las empresas con las que decidía trabajar o con la imagen que proyectaba ante el mundo”, reveló en una entrevista a Vogue.
Renovada
Sus demoledoras declaraciones se ajustan a la nueva actitud que ha abrazado en la segunda mitad de sus veintantos para no preocuparse tanto por cómo sus ideales puedan repercutir -positiva o negativamente- en su carrera. “Creo que antes me preocupaba que pudiera quedarme sin un trabajo o una oferta. Pero ese no fue el caso. En realidad, cuanto más usaba mi voz y mi influencia, más respeto me ganaba entre mis iguales”, concluyó.