Cuando una cosa lleva a la otra...
Hace ma?s de tres siglos, la moda obligaba a llevar guantes en cualquier momento, ¡los que adema?s debían ser perfumados! Para ello, en un pueblito del sur de Francia llamado Grasse, cuya especialidad era fabricar guantes en grandes cantidades, los fabricantes se vieron obligados a perfumarlos, ¡por lo que se dedicaron tambie?n a la produccio?n de aceites olorosos y crearon muchos perfumes!
Despue?s de cultivar en sus tierras naranjos, lavanda, jazmín y rosas, el pueblo se hizo muy famoso, y en la actualidad, en Grasse hay dos mil te?cnicos dedicados exclusivamente a la industria del perfume.