Los biombos Coromandel, con sus lacados brillantes y sus motivos florales, han cautivado a coleccionistas y amantes del arte durante siglos. Pero fue Coco Chanel quien los elevó a la categoría de ícono, incorporándolos a su vida y a sus diseños. La diseñadora francesa sentía una profunda conexión con estas piezas, que reflejaban su gusto por lo exótico y lo sofisticado. Ahora, la maison los interpreta en la colección Métiers d’art 2024/25, presentada en Hangzhou, China.
Además de revolucionar la moda, ¿sabías que Coco Chanel era una apasionada del arte? Su apartamento parisino era una auténtica galería, donde convivían obras de diferentes épocas y culturas.
La diseñadora francesa tenía una debilidad especial por la cultura clásica, especialmente por la Grecia antigua. Pero fue su fascinación por las antigüedades chinas la que la llevó a coleccionar los icónicos biombos de Coromandel. Estos paneles lacados, con sus intrincados diseños, adornaban las paredes de su hogar, creando un ambiente sofisticado y exótico.
Chanel no solo era una coleccionista, sino también un gran mecenas. Sus amistades con artistas como Pablo Picasso y Jean Cocteau son legendarias. Incluso colaboró en el diseño de vestuario para los Ballets Rusos, demostrando su compromiso con el mundo del arte.
El tesoro de Gabrielle “Coco” Chanel
Originarios de China, estos paneles lacados con intrincadas decoraciones cautivaron a Chanel desde muy joven. A los 18 años, tuvo su primer encuentro con un biombo Coromandel y quedó fascinada. A lo largo de su vida, llegó a reunir alrededor de 20 piezas, convirtiendo su apartamento parisino en un auténtico museo.
En la Rue Cambon, Chanel utilizaba los biombos no solo como separadores de ambientes, sino como elementos decorativos que embellecían las paredes de su salón y estudio. La combinación de la laca negra brillante y las delicadas decoraciones en pan de oro creaba un ambiente sofisticado y acogedor que inspiraba creatividad.
Para Chanel, los biombos Coromandel eran mucho más que simples objetos decorativos. Representaban una conexión con el lujo, la opulencia y culturas exóticas. Su habilidad para integrar estas piezas en su vida diaria refleja su visión artística y su deseo de crear espacios que transmitieran elegancia y sofisticación.
La película que da vida a biombos Coromandel
El célebre director de cine Wim Wenders ha creado una nueva película inspirada en la profunda conexión que existía entre la fundadora de Chanel y el Lago del Oeste de Hangzhou, China. Esta fascinación nació de una pieza única: un biombo lacado chino que adornaba el apartamento parisino de Chanel y que representaba una vista panorámica del lago.
Chanel coleccionó estas obras de arte con siglos de antigüedad. Estos paneles, con sus delicadas pinturas y lacas brillantes, la transportaban a un mundo exótico y le servían de musa para sus creaciones: “Me desmayaba de felicidad cuando entraba en una tienda de arte china y veía un Coromandel”, llegó a comentar.
El biombo que representaba a Hangzhou era el más grande y era su favorito. Ocupaba un lugar especial en su oficina. Por eso, la película de Wenders explora cómo esta imagen del lago se convirtió en una fuente inagotable de inspiración. A través de la lente del director de cine, vemos cómo la diseñadora, sin haber visitado nunca China, incorporó elementos de su cultura en sus diseños de los años 50 y 60.
Al igual que los biombos Coromandel conectaban a Chanel con un mundo distante, la película de Wenders utiliza la tecnología moderna para crear un puente entre el pasado y el presente. Teniendo por protagonista a la actriz Tilda Sinwton.
Wenders combina imágenes del biombo original con secuencias filmadas en Hangzhou, utilizando una variedad de técnicas cinematográficas para crear una experiencia visual cautivadora. La película es un viaje a través del tiempo y el espacio, que invita al espectador a reflexionar sobre la importancia de la cultura, la historia y la imaginación.