El par que no pasará de moda
Gabrielle Chanel, la mujer genio de la moda, creó en su época tres piezas que formaron su imperio: el bolso 2.55, el little black dress y el traje de tweed, pero en toda esta combinación faltaba algo: los zapatos.
De ahí desarrolló un calzado que pudiera usarse a todas horas y con todos los colores posibles... fue en ese momento que surgieron los famosos Chanel bicolor, que en ese entonces les apodaron “los nuevos zapatos de Cenicienta”.
Por si la versatilidad no fuera suficiente, Gabrielle pensó muy bien en el efecto que tiene el beige en el cuerpo, así como el negro.
Por un lado, el beige estiliza la pierna, mientras que el negro hace que el pie se vea más pequeño.
La tira que existe atrás tampoco fue producto de la casualidad, Coco liberó a las mujeres de los calzados apretados y ajustados que existían a principio del siglo XX. En cuanto al tacón, 5 centímetros es lo suficientemente cómodo como para caminar todo el día y sin terminar con ampollas.
Junto con el zapatero Massaro, Chanel empezó a crear variaciones del calzado, por ejemplo, el negro lo cambió por azul marino, marrón, e, incluso, el modelo lo cambió a estilo ballerina, alpargata, forma masculina y hasta tipo deportivo.
En pleno 2015, Karl Lagerfeld decidió revivir el clásico, conservando el tacón de 5 centímetros y la filosofía que Gabrielle tenía: “Sales por la mañana con un beige y negro, almuerzas con el beige y negro, y vas de coctel con el beige y negro. ¡Estás vestida de la mañana a la noche!”.
Por último, el calzado se produce artesanalmente en la fábrica de la maison en Roveda, Italia, donde se tardan dos horas para obtener el resultado perfecto.