Lo que para la familia real podía ser considerado como rebeldía, era en realidad la manera en la que la princesa intentaba guardar su propia esencia, y esto lo reflejaba también a partir de su estilo en la forma en que vestía
Uno de los hábitos que más llamaba la atención de Diana cuando empezaba a tratar con más cercanía a los Windsor, fue que acostumbraban cambiarse por lo menos cuatro veces en un día, esto implicaba que cada uno de ellos debía tener un guardarropa impresionantemente vasto como para poder mantener ese ritmo.
Lady Di, en cambio, nunca se había preocupado por poseer grandes cantidades de prendas, de hecho desde su adolescencia le gustaba ponerse la ropa de sus hermanas mayores y después, cuando compartía el techo con sus amigas, solían prestarse todo, pero el momento de cambiar sus costumbres llegó justo cuando se comprometió en matrimonio con Carlos de Inglaterra.
Para entonces no tenía ni remota idea de cómo vestirse adecuadamente, aunque esto no significaba que luciera desastrosa, su estilo era tan sencillo que podía pasar desapercibido, pero fue consciente de su nuevo papel y no dudó en pedir el apoyo de los expertos y se acercó a una amiga de su hermana Sarah, Anna Harvey, quien no solamente se convirtió en su asesora de moda, sino en su confidente.
Dueña de sí misma
Desde el momento en que Diana surgió a la vida pública, ganó el corazón de la prensa y pese a que al inicio su estilo era bastante austero, supo utilizarlo sabiamente como una forma de proyectar sus emociones y lo que acontecía en su historia a través de cada una de las prendas que utilizaba.
Y a este respecto, el experto en imagen Edgardo Castillo Cota, explica: ?En los poco más de 20 años que el mundo la conoció, la gente pudo ser testigo de cómo impregnó con su esencia cada una de las etapas de su vida, desde la jovencita que se manifestaba como una persona romántica, recatada, con vestidos largos y como la novia enamorada, espontánea y feliz que se casaba con un príncipe; un verdadero cuento de hadas hecho realidad?.
Sin duda, una de las facetas que fascinó al mundo e influyó para ganar la admiración de miles de personas, fue cómo vestía. Rompió con todas las reglas para lucir cómoda y cercana cuando visitaba los hospitales como parte de su labor altruista. Evitaba los sombreros, pues decía que no le permitían tener un contacto cercano con la gente y también se deshizo de los guantes.
Si se trataba de galas, usaba vestidos de alta costura y hermosas joyas que cumplían con la idea que alguna vez expresara Coco Chanel: ?Las joyas deben ser un adorno y no un símbolo de riqueza?. Diana demostró que no requería de grandes lujos para verse perfecta y esto lo definió muy claramente Tom Ford, otro distinguido diseñador: ?Poseía más que estilo. Poseía una fuerza interna que la hacía brillar?.
En uno de los papeles que más disfrutaba, el de madre, también el glamour estaba presente, pero ello no ensombrecía para nada su necesidad de estar apta para disfrutar con sus hijos, abunda el especialista Edgardo Castillo: ?Se le veía vestida con atuendos casuales, cómodos, con los que proyectaba una imagen amorosa, cercana, expresiva; una mujer que velaba por el bienestar de los suyos?.
Más que una it girl
Es un hecho que a lo largo de su historia real, se construyó la imagen de una Diana de Gales segura, desafiante, convencida de su misión, elegante, activa y poseedora de un proyecto de vida.
También supo utilizar la vestimenta para mandarle mensajes a sus detractores y hacerles saber que para ella, todo iba bien.
Eran estas cualidades las que se manifestaban con cada una de las prendas que portaba y quizá, más que una impulsora de la moda, su poder radicaba en transmitir un aspecto aspiracional por la proyección emocional e ideal de lo que cualquier mujer soñaría con representar, Diana era un símbolo de integridad en toda la extensión de la palabra.
Pero es un hecho que los sucesos que se presentaron en su vida, como la infidelidad de Carlos y su deseo de darle la vuelta al dolor y a la humillación de que fue víctima, fueron decisivos y marcaron su estilo, tal y como lo definiera en su momento el diseñador Valentino: ?Su estilo cambió en los 90, se la podía ver con vestidos más atrevidos, se liberó del protocolo, se deshizo del armario de princesa y se hizo uno nuevo con aquellas prendas que le quedaban bien a la nueva mujer en la que se convirtió?.
Esa versión actualizada de sí misma que define Valentino, hacía resurgir el deseo que Diana siempre manifestó y que era sentirse fortalecida, valorada y capaz de superarse en todos los sentidos: ?Desde antes de su separación mostró que era una mujer en etapa de florecimiento, que se atrevía a romper esquemas, que se sobreponía a grandes batallas como la infidelidad, trastornos alimentarios, divorcio y que se daba la oportunidad de volverse a enamorar.
?Estos cambios se vieron reflejados en su forma de vestir moderna, sexy, con vestidos cortos, escotes, con una proyección más abierta acerca de su sexualidad?, puntualiza Edgardo Castillo.
Una de sus grandes fortalezas era su característica sencillez en el trato, su fascinante entrega hacia el resto de las personas y de sus seres queridos, las cuales eran parte de su naturaleza y esto también se revelaba en su arreglo personal.
¿Qué la hacía tan especial?
Quien recorre la historia de Diana puede toparse con una mujer que desde su nacimiento y en cada periodo de su vida sufrió rechazo.
También fue utilizada hasta por quienes decían amarla, basta ver la gran cantidad de libros de personas que la conocieron y que nunca escatimaron en decir lo que fuera que les pidieran para hacer más atractivo un texto y asegurar ingresos millonarios. Así lo manifestó James Hewitt en su libro Nuestro amor prohibido, refiriéndose a la obra Princess in love, para la cual colaboró y que él mismo define como ?un sucio compromiso? con los editores que exigían más sensacionalismo.
Su propio matrimonio fue otro ejemplo de cómo fue utilizada por la Reina Madre y su abuela materna para casar a Carlos con una chica dulce y virginal, a cambio de convertirla en futura reina de Inglaterra, sin importar el precio a pagar. Pero lejos de que todo esto causara amargura en ella, le ayudó a descubrir su capacidad de resiliencia, transformó la frialdad en el trato que siempre la acompañó por parte de sus seres queridos, en amor y cercanía con sus hijos, canalizó su depresión y su dura batalla con los trastornos alimentarios, en energía para ayudar y velar por los demás.
?Diana descubrió su potencial y desde su esencia emergió como una mujer fuerte, segura, con una misión clara de convertirse en líder a nivel mundial, no solamente como icono de la moda, sino como bandera de grandes causas sociales. Los medios de comunicación tuvieron un papel fundamental para que conociéramos su historia y fuéramos testigos de cada una de las etapas de su vida, logrando que la gente se identificara con ella y la considerara alguien cercano y querido; dejando atrás a la princesa Diana para convertirse en la amada Lady Di. Un claro ejemplo de lo que es el empoderamiento femenino?, concluye el especialista Edgardo Castillo Cota.
?Sin lugar a dudas, Diana fue el más poderoso de los iconos de la moda y el estilo de su tiempo?, Giorgio Armani.
¿Quiénes la vistieron?
Ellos sentaron las bases de su estilo:
- Jasper Conran
- Arabella Pollen
- Bruce Oldfield
- Catherine Walker
- Zandra Rhodes
- Roberto Devorik
Los artífices de su transformación
- Gianni Versace
- Giorgio Armani
- Chanel
- Christian Dior
- Christian Lacroix
- Jimmy Choo
- Valentino
- Manolo Blahnik
Las claves de su estilo
- Su make up era completamente natural y en tonos rosas, que le daban más luz a su rostro y resaltaban sus hermosos ojos azules.
- Jamás usaba zapatos demasiado altos, prefería los tacones 3/4 y los flats, si se trataba de ocasiones informales.
- Mantuvo el mismo corte de cabello que le permitía jugar con los peinados.
- De acuerdo al evento, utilizaba bolsos estilo clutch o tipo sobre, que usaba para cubrir el escote o sus piernas al bajar del auto o cuando se inclinaba por alguna razón.
- Amaba las gargantillas, los pendientes discretos y las tiaras -una de sus favoritas es la conocida como ?Flor de Loto?-.
- Un distintivo de Diana eran los tipos de escotes que utilizaba en sus diversas prendas, casi siempre de cortes asimétricos.
- En ocasiones recurría a los sombreros, el modisto que se los elaboraba era John Boyd, que ahora tiene como cliente a Kate de Cambridge, nuera de la fallecida Diana.
Los mensajes de la princesa
- Su lenguaje corporal y su forma de vestir, revelan mucho de la intimidad de Diana. El experto en imagen Edgardo Castillo los descifra:
- La profundidad y expresividad de su mirada mostraba rasgos de ser una mujer profundamente observadora, segura, analítica, a la expectativa y un tanto desconfiada.
- El movimiento que hacía de colocar el mentón ligeramente hacia abajo, denotaba autoprotección.
- Su estilo expresaba el momento por el que atravesaba. Ella vivió intensamente, experimentó tiempos felices, tristes, tuvo pérdidas, tocó fondo, cerró ciclos y lo más importante, renació.
- La caracterizó la coherencia, así como la naturalidad y libertad con la que siempre se expresó y que fue el factor que incomodó a la monarquía, el mismo que la acercó y robó el corazón de millones de personal que le amaron alrededor del mundo.
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