A lo que se sometían las mujeres para lucir perfectas hace un siglo...
A comienzos del siglo XX, el cuerpo ideal tenía un pecho muy alto y redondo y caderas bien formadas, en las que no hubiera una línea de diferencia entre ellas y los muslos.
Por eso, en 1910, los corsés que llevaban las mujeres eran largos, hechos con telas gruesas y huesos de ballenas, y cortes muy bajos en el pecho, empujando los senos por los lados para hacerlos más prominentes.
Por supuesto, el pecho se rellenaba con tiesas telas de crin y hasta con pequeños resortes de goma con que se forraban las copas del corsé y lograban ?empujar? el pecho por los lados.
Para las que tenían pocos senos, los periódicos de la época estaban llenos de anuncios de exóticas pastillas orientales, que se suponían “los hacían crecer”, y había un aparato de succión que se usaba diariamente para aumentar, aunque fuera momentáneamente, el tamaño de la copa.