El legado de Coco Chanel trasciende el imperio del lujo y la moda. Su valentía y coraje, sus sueños, su estilo y su visión de la belleza, transformaron a las mujeres del siglo XX
Coco fue una luchadora, una corredora de fondo solitaria que supo adaptarse como un camaleón a las circunstancias que le tocó vivir y se enorgullecía de haberlo aprendido todo por sí misma?, dice la escritora Cristina Morató en el libro Divas Rebeldes. Como el ave Fénix, no solo resurgió de las cenizas de un oscuro y doloroso pasado para reinventarse una y otra vez. Vivió sin ataduras ni reglas preconcebidas; se atrevió a transgredir el acartonado life style de la Belle Époque imponiendo una actitud avant-garde, que 45 años después de su muerte, nos sigue inspirando. Labró un buen tramo de nuestro camino hacia la equidad, nos enseñó que teníamos derecho a vestirnos con comodidad sin perder un ápice de estilo y que podíamos conquistar el mundo. Esto y más le debemos a la grandiosa Coco Chanel. Estamos en deuda con ella.
1. FUE UNA MUJER EMPRENDEDORA Y ABANDER” LA LIBERACIÓN FEMENINA
Gracias a su firma homónima, Chanel promovió una auténtica liberación de la mujer. Desafió las leyes sociales demostrando que podía ser igual que los hombres y gozar de los mismos privilegios; y fue precisamente un hombre, Boy Capel, quien la impulsó a ser una de las primeras empresarias de la época, poniendo en claro que el éxito jamás volvería a ser un tema de género. Triunfó contra todo pronóstico, y es que en ese tiempo los bancos negaban a las mujeres préstamos bancarios. Al principio necesitó ayuda de Boy para cristalizar sus sueños, poco tiempo después le devolvió el dinero prestado y tomó por completo las riendas de la célebre maison francesa. El resto es historia, Coco Chanel revolucionó el mundo de la moda sentando las bases de la industria actual, pero no solo eso, retó a las mujeres a traspasar los muros de sus hogares y probar las mieles de la independencia.
?El trabajo tiene un sabor mucho más fuerte que el dinero. En última instancia, el dinero no es más que un símbolo de independencia. En mi caso solo me interesaba porque enaltecía mi orgullo. No era una cuestión de comprar cosas, yo nunca he querido nada, solo cariño, y tuve que comprar mi libertad y pagarla a cualquier precio?, confesó a mediados del siglo pasado a su viejo amigo Paul Morand, diplomático y poeta francés, autor de El aire de Chanel, Editorial Tousquet.
Celebramos su tenacidad por ascender en la escala social y dejar atrás la miseria de su infancia.
2. DEMOCRATIZÓ LA COMODIDAD Y EL LOOK ANDRÓGINO
Gabrielle Chanel marcó el comienzo de ese aire effortless que tanto adoramos, hizo de los pantalones, el jersey y la comodidad, un básico del guardarropa femenino. Inventó el sportswear, todo un logro para un tiempo en el que la mujer se vestía ropa incomodísima ?luciendo como muñeca entumecida debido a los desagradables corsés. La señoras eran víctimas de la más penosa de las modas?, reconoce Jeröme Gautier, autor de Chanel, las claves de un estilo.
Coco detestaba aquella moda, en realidad tenía una fascinación por lo masculino y la funcionalidad, razón que la llevó a inspirarse en el armario de sus amigos y amores; de hecho, sus primeros outfits de amazona incorporaron camisas con corbata, pantalones ajustados a las pantorrillas ?reservados exclusivamente a hombres y obreros?, botas altas y sombreros, algo absolutamente fuera del molde. Iba siempre con zapatos planos y cómodas prendas como abrigos y chaquetas sport. Pero no dudó ni un segundo en liberar la silueta y democratizar el look andrógino al lanzar en 1913 su primera colección deportiva en la legendaria boutique de Deauville, Francia. ?En mi juventud, las mujeres no parecían humanas. Sus ropas eran contra la naturaleza. Yo les devolví su libertad. Les di brazos y piernas de verdad, movimientos que eran auténticos y la posibilidad de reír y comer sin tener necesariamente que desmayarse?, decía la gran dama de la moda francesa haciendo alarde de su brillante propuesta.
Si hay algo más que agradecerle, son los cortes de pelo estilo garçon, un auténtico must que ensombreció las melenas maxi. Muy delgada, con el cabello corto y sin pecho ni cintura, cambió las reglas de la seducción y puso de moda la androginia, tendencia que hoy fascina a hombres y mujeres, revela Gautier ?por cierto, un término que aún era desconocido en el diccionario de la moda?. Y claro, siempre tuvo razón al afirmar que la moda tiene dos propósitos: la comodidad y el amor. ?La belleza viene si la moda alcanza ambos?. No podríamos estar más de acuerdo.
3. NOS ENSEÑÓ QUE EL ESTILO NADA TIENE QUE VER CON LA CLASE SOCIAL
Haber diseñado un guardarropa para la mujer trabajadora que empezaba a insertarse en el mercado laboral después de la Primera Guerra Mundial fue otro de sus grandes aciertos y así nació el traje sastre de tweed.
Coco Chanel convirtió el estilo de la clase menos favorecida en sinónimo de chic. ?Hasta ahora las prendas estaban diseñadas para mujeres ociosas, yo diseño para una mujer activa?, declaraba entonces. Su gran rival Paul Poiret no tardó en bautizar su aportación como ?misérabilisme de luxe? o miserabilismo de lujo y es que ella se dio el gusto de dar aspecto de pobres a multimillonarias y aristócratas.
A medida que las mujeres se volvieron más productivas en el ámbito laboral, creció la necesidad de usar prendas versátiles, ¡y voilà!, Chanel nos regaló el famoso vestidito negro, aquel glorioso diseño que bien podía llevarse en las jornadas de trabajo o a un evento de noche sin necesidad de cambiar de look, actualmente sigue siendo una pieza tan elegante como favor
4. PUSO EN EL MAPA LA SENSUAL PIEL DORADA
A principios del siglo XX, la tez blanca y perfecta era símbolo de estatus, un sello de la realeza y la aristocracia ?de allí el famoso término ?sangre azul? y es que al tener una piel tan clara, se podían apreciar esas características venitas azuladas?. Por supuesto, lucir un cálido bronceado era impensable, a pesar de que los médicos recetaban los baños de sol por sus múltiples beneficios terapéuticos.
Como no podía ser de otra manera, Coco Chanel quebrantó esas ideas y gracias a ella la piel dorada cobró una nueva dimensión para la alta sociedad de los años 20. Corría el año de 1923 y tras unas lujosas vacaciones por el Mediterráneo a bordo del yate del duque de Westminster, la diseñadora fue captada luciendo un espectacular tono besado por el sol y la tez pálida pronto perdió el trono entre los círculos más exclusivos, asegura la agencia SINC, que también atribuye como precursora a la bailarina, cantante y actriz Joséphine Baker, popularmente conocida como la mujer de la piel de caramelo, una de las primeras estrellas afroamericanas.
La tendencia se esparció de inmediato y en 1927 el diseñador y perfumista francés Jean Patou lanzó el primer bronceador: Huile de Chaldée, un lujoso aceite perfumado con una cálida mezcla de narciso, flor de naranja y ámbar. Han pasado más de noventa años y desde entonces hemos llevado con orgullo una pequeña dosis de Coco en la piel.
5. ENCUMBRÓ LAS PRENDAS BLACK & WHITE
?Resulta extraordinario que la creadora del glamour fuera en realidad una muchacha de origen humilde educada en un orfanato por unas monjas que le enseñaron a coser. Y sin embargo, Coco no habría sido la misma si su infancia hubiera sido otra. Porque fue su rebeldía ?y su particular sed de venganza? la que forjó su verdadera personalidad. Mademoiselle se desquitaría a gusto de su humillante pasado; de aquellas damas altivas de la buena sociedad que en su juventud la miraban por encima del hombro. Las vistió a todas de negro, las cubrió de joyas falsas [?]?, cuenta la escritora Cristina Morató, quien detalla que durante su estancia en el orfanato quedaron grabados en su memoria los colores blanco y negro. ?Los muros y las paredes interiores del edificio estaban encalados en contraste con las puertas que daban acceso a los dormitorios, pintadas de color negro. Las huérfanas iban vestidas con el mismo uniforme: una falda negra e impolutas blusas blancas?.
No nos queda duda, Coco hizo lo que nadie, transformó su uniforme negro del orfanato en símbolo de elegancia y buen gusto.
?Las mujeres piensan en todos los colores excepto la ausencia de los mismos. El negro lo tiene todo. Y también el blanco. Su belleza es absoluta. Representan la perfecta armonía?, solía decir la diseñadora. E impuso el tándem por excelencia: black & white, un statement con el que viviremos el resto de nuestras vidas y un arma poderosa para vestirnos de lujo al instante.
“El buen gusto hace bien a ciertos valores espirituales auténticos, como el propio gusto?.