*Esta nota fue hecha con información y datos de Distrito Criminal
Elizabeth Báthory nació en 1560 en Nyirbator, Hungría y pertenecía a una de las familias con más dinero y poder de la región. Los orígenes de su familia se remontan al año 900 D.C y uno de sus antepasados es el Príncipe de Valaquia, del siglo XV, más conocido por ser la inspiración para el personaje de Drácula.
Báthory tuvo una infancia relativamente normal, pero se sabe que cuando tenía cinco años, sufría migrañas y ataques epilépticos, además de cambios de humor muy violentos. Estuvo expuesta a la violencia propia de la época y cuando tenía seis años le tocó presenciar una ejecución pública. También se cree que desde pequeña tuvo contacto con el esoterismo y la alquimia, tradición heredada de su familia.
A los once años, la comprometieron con el Conde Francisco Nádasdy y se fue a vivir con él, pero nunca tuvo una buena relación con él ni con su familia política, especialmente con su suegra. En varios libros se asegura que también a los once años, ya se notaban rasgos sádicos en su personalidad.
En otras publicaciones se cuenta que quedó embarazada antes de casarse de un “criado” y como consecuencia, éste fue castrado y arrojado a una jauría. Ella desapareció durante el embarazo para luego volver a casarse como si nada hubiera sucedido. En cuanto a su hijo, desapareció sin rastro alguno.
En 1975, a la edad de 15 años y tras una gran boda, pasaba mucho tiempo sola, pues su esposo se la vivía en guerras constantes. Báthory buscó refugio en mujeres consideradas como brujas. Tras la muerte de su esposo, con quien tuvo cuatro hijos, se mudó al Castillo de Cachtice, ubicado en la actual Eslovaquia y ahí comenzó su sanguinario comportamiento.
Elizabeth Báthory fue conocida por torturar a sus “sirvientes” por razones insignificantes. En una de sus visitas a las “brujas” ellas le dijeron que la sangre de las mujeres jóvenes y vírgenes, era el elíxir de la juventud eterna y la belleza, por lo que no dudó en mandar matar a una de sus sirvientas para bañarse con su sangre. A partir de ese día, ordenaba buscar al mismo tipo de mujeres para repetir el impresionante, cruel y oscuro procedimiento.
Se dice que los campesinos de la región, escondían a sus hijas para que no tuvieran que prestar servicios en el castillo y tampoco fueran encontradas por la Condesa. Al no saber qué hacer con tantos cuerpos, la servidumbre empezó a cavar fosas alrededor del castillo para esconderlos. Fue el Rey de Hungría, quien decidió poner fin a la situación, después de que las familias se quejaran de las desapariciones. En 1610 se realizó una investigación, en la que se descubrió que el castillo estaba lleno de cuerpos. Elizabeth fue encarcelada por la muerte de más de 600 víctimas.
