La luna estará llena el 22 de junio, este mes, se llama luna de fresa y se trata de una oportunidad maravillosa para honrar nuestra feminidad y conectarnos con nuestra esencia. Aprovecha esta energía para cuidarte, empoderarte y crear una vida más plena y satisfactoria.
Conversamos con Mariana Chávez Rodríguez, psicoterapeuta y cofundadora del Centro del Bienestar integral, quien nos contó cómo podemos aprovechar este fenómeno astronómico en nuestro día a día.
¿Qué es la luna de fresa?
En un evento astronómico poco común, este 21 de junio coincide el solsticio de verano con la llamada Luna de Fresa o Strawberry Moon, un fenómeno que no solo nos regala una vista espectacular en el cielo nocturno.
La Luna de Fresa, que alcanza su punto más cercano a la Tierra el 22, recibe su nombre no por su color rojizo, como podría pensarse, sino porque en el hemisferio norte coincide con la época de cosecha de fresas silvestres. Sin embargo, su mayor atractivo radica en su cercanía a nuestro planeta, lo que la hace parecer una “superluna”, un espectáculo visual que sin duda cautivará a los aficionados a la astronomía.
¿Qué es la energía femenina?
Desde la antigua filosofía china del yin y el yang, hasta las teorías del psicólogo Carl Jung, la noción de que poseemos tanto energía femenina como masculina ha sido objeto de innumerables estudios e investigaciones. A la energía femenina se la asocia con la creatividad, el florecimiento de ideas, la conexión emocional, la intuición, la espiritualidad, la empatía, la solidaridad, el amor propio y la capacidad de dar y recibir. Por otro lado, la energía masculina se vincula con la acción, la productividad, la racionalidad, la fuerza, la lógica, la protección, la competencia y la determinación.
Si bien biológicamente nacemos con un sexo determinado, las experiencias de vida pueden moldear el desarrollo de una energía por sobre la otra. Sin embargo, en la era posmoderna, existe una tendencia marcada hacia el fomento de la energía masculina. Esto se refleja en las cualidades que se buscan en el ámbito laboral, donde priman la productividad, la objetividad, la competencia y la toma de decisiones frías. Asimismo, el ritmo acelerado de la vida actual deja poco espacio para actividades como el esparcimiento, la creatividad, el arte y la espiritualidad, consideradas por muchos como una pérdida de tiempo.
El problema radica en que cuando la energía masculina se desarrolla en exceso, puede persistir en cualquier contexto, incluso en el ámbito familiar y personal. Las mujeres, al llevar esta energía a casa, asumen la responsabilidad de resolver problemas y tomar decisiones que antes eran compartidas, facilitando la vida de los demás pero complicando la propia. Esta tendencia a la competencia en todos los ámbitos, sumada a la pérdida de empatía y creatividad, dificulta la receptividad y el amor propio. Priorizar las demandas externas por sobre las propias conduce al agotamiento, la desvalorización, la tristeza y la ira.
Conecta tu yo y recupera tu equilibrio
Es fundamental reconocer que tanto la energía femenina como la masculina son inherentes a todos los seres humanos, independientemente de su sexo. El verdadero potencial reside en el equilibrio entre ambas.
El camino hacia el equilibrio energético comienza con la introspección. Es necesario identificar qué tan desarrolladas tenemos ambas energías en nuestro interior y cómo se manifiestan en diferentes áreas de nuestra vida. Una vez que tengamos una mayor comprensión de nosotros mismos, podemos comenzar a tomar medidas para cultivar el equilibrio.
Fortaleciendo tu energía femenina:
Al igual que cualquier músculo, la energía femenina se fortalece con el ejercicio. La Luna de fresa, con su vibrante energía, se presenta como un momento ideal para reconectarnos con nuestra esencia femenina. ¿Cómo aprovecharla al máximo?
- Rituales y meditaciones: Existen diversos rituales y meditaciones específicamente diseñados para conectar con la energía femenina. Estos pueden incluir técnicas de respiración, visualización, trabajo con afirmaciones o el uso de elementos naturales como flores, hierbas o cristales.
- Despertar la creatividad: Explorar actividades creativas como la pintura, la danza, la escritura o la música puede ser una excelente manera de nutrir tu energía femenina. Permítete experimentar sin miedo al juicio y deja que tu imaginación fluya libremente.
- Conexión con la naturaleza: Sumergirte en la naturaleza es una forma poderosa de revitalizar tu energía femenina. Camina descalza sobre la hierba, siente la brisa en tu rostro y escucha el canto de los pájaros. Permite que la energía de la Tierra te envuelva y te conecte con tu esencia interior.
- Sororidad y apoyo mutuo: Rodearte de otras mujeres y participar en proyectos que apoderen al género femenino puede ser una fuente de inspiración y fortalecimiento. Comparte experiencias, ofrece apoyo y colabora para crear un espacio de crecimiento y empoderamiento colectivo.
- Sanación emocional: La terapia emocional puede ser una herramienta valiosa para reconectarte contigo misma, volver a mirarte con amor y trabajar en las áreas que te impiden expresarte plenamente. Un terapeuta puede guiarte en un proceso de autodescubrimiento y sanación que te permita fortalecer tu energía femenina.
El equilibrio energético es un viaje continuo que requiere compromiso y autoconciencia. No existen fórmulas mágicas ni soluciones instantáneas. Lo importante es iniciar el camino, escuchar a tu cuerpo y tu intuición, y celebrar cada paso que te acerque a tu versión más plena y equilibrada. La Luna de fresa pueden ser justo ese impulso que necesitas para soltar las demandas ajenas, las que no te corresponden, y en cambio comenzar a cultivar, cuidar y hacer florecer la vida que quieres regalarte y que te mereces.