La Navidad es perfecta para enviar y recibir lindos mensajes de nuestros familiares y amigos, y las tarjetas navideñas son perfectas para este hermoso propósito en las fiestas decembrinas, e incluso para complementar nuestros regalos de intercambio pues, ¿a quién no le gusta recibir un bonito mensaje?
Sin embargo, muy pocos saben del curioso origen de las tarjetas navideñas y quién fue el primero en enviarlas, así que te sacamos de la duda.
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¿Quién inventó las tarjetas navideñas?
Hace mucho años las personas solían escribir cartas con buenos deseos a sus seres queridos por Navidad y Año Nuevo pero, ¿qué pasaría si eres de las personas que tiene muchos amigos y familiares? Sería una gran cantidad de trabajo.
Esto fue lo que le pasó a Henry Cole, un aristócrata educador inglés, que tenía una gran habilidad social para hacer numerosos amigos en los mejores círculos de la ciudad londinense en 1843.
Sir Cole se sentía ansioso y agobiado, pues quería felicitar a todos y cada uno de sus amigos y familiares, pero sin alterar sus actividades diarias al tener que perder demasiado tiempo escribiendo numerosas cartas.
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Origen las tarjetas de Navidad
Fue así como en 1843, Henry Cole, quien pasaría a la historia por fundar el Museo de Victoria y Alberto en Londres, buscó la forma de felicitar a todos sus seres queridos con una forma fácil y rápida, dando origen a la primera tarjeta de Navidad.
Cole le pidió a un amigo, el pintor y académico J.C. Horsley, que imprimiera copias de una ilustración suya de una típica escena familiar navideña en una pequeña cartulina que incluyera una felicitación genérica: “Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo”.
Las imágenes también incluían una línea en blanco con un “De” y otras con un “Para”, surgiendo así las primeras tarjetas navideñas.
La idea traspasó hasta convertirse en un negocio, pues ambos amigos se dieron cuenta de que sería una maravillosa idea venderlas, así que imprimieron mil ejemplares, las que se vendieron por un chelín cada una.
De las mil tarjetas que se fabricaron aquel año, quedan muy pocas. Una de ella se subastó por 8 mil 500 libras en 2005.
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