Cuántas veces se le pone agua a un cactus, cómo se riega un cactus o cuál es la manera correcta de hacerlo —estas son tan solo unas de las preguntas que la gente que adora los cactus se hace al respecto para iniciar con los debidos cuidados.
¿Cómo se cuida una planta de cactus?
Los cactus son unas de las plantas de interior más amigables para cuidar —eso sí, aunque prefieran el exterior y el clima cálido y el sol, puede durar mucho tiempo en tu casa si cumples con los cuidados requeridos.
Entre los cuidados generales del cactus está que reciba su dosis necesaria de luz directa del sol diariamente —cuidado con notar que se tornó color amarillo o café, porque quizá se quemó con el sol. Busca espacios en tu casa con suficiente entrada de luz y ventilación.
Puedes fertilizar el cactus una vez al año durante primavera y verano para que sobreviva sin problema en el otoño e invierno y, por supuesto, ten cuidado cuando manipules tu cactus: usa guantes protectores o herramientas para agarrarlo.
¿Cómo regar correctamente un cactus?
La forma correcta de regar un cactus es darle suficiente agua, y nunca demasiada. El riego excesivo provoca raíces podridas y salen “costras” en el cactus —sabrás si regaste de más tu cactus si hay áreas corchosas de color óxido en los tallos.
Un tip infalible es quitar el exceso de agua del platillo o base —JAMÁS dejes que tu cactus se siente en el agua, porque eso hará que las raíces se pudran.
¿Cuántas veces se le pone agua a un cactus?
Aunque los cactus son famosos porque no necesitan mucho riego —porque albergan agua por sí mismos— no significa que no debas regarlos en lo absoluto.
Primero debes revisar qué tan seca está la tierra cada cierto número de semanas. Si las primeras 2 a 3 pulgadas están secas, es momento de regar el cactus. Asegúrate de que la capa superior del suelo de su cactus se haya secado completamente entre riegos.
En un suelo bien drenado, el cactus requiere agua solo cada 10 a 14 días durante los meses de verano. Si la base de tu cactus tiene arrugas, es probable que esté seco —es mucho más sencillo rescatar un cactus seco que uno que ya se ahogó.