La capital de Austria tiene una arraigada tradición en sus cafés y ya fueron declarados por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial
En estos lugares muy bien podemos pensar en Freud, Schnitzler, Kafka o Wagner sentados en las mismas sillas de terciopelo, sorbiendo sus cafés y escribiendo los borradores de sus obras más conocidas. ¿Ya te los imaginaste?Franziskaner: café con crema. Schwarzer: café negro. Kleiner Brauner: café negro con crema. Kaffee Verkehrt: café con leche. Türkischer: café negro en jarra de cobre con azúcar. Einspanner: moca en vaso con crema montada. Massagran: café frío con cubitos de hielo y marrasquino. Wiener Eiskaffee: moca frío con helado y crema montada. Kapuziner: moca con crema y chocolate rallado. Fiaker: moca con ron.Una buena lectura es siempre buena compañía. En la actualidad hay más de mil cafés repartidos por la capital austríaca. Diferentes periódicos podemos encontrar en el Café Landtmann.El 10 de noviembre de 2011, la UNESCO incluyó los cafés de Viena en su lista de patrimonio cultural inmaterial, donde aparecen descritos como lugares en los que se consume el tiempo y el espacio, mientras que lo único que aparece en la cuenta es el café . En esta imagen, un mesero sirve un Melange (expreso con leche y espuma) en el Café Central.En invierno, los turistas congelados a causa del frío acuden a alguno de los establecimientos más prestigiosos de Viena. El café del hotel Sacher (inventor de la famosa Sachertorte, una tarta de chocolate típica de Austria, en esta foto), el café Sperl, el café Central o el café Prückel son frecuentados por clientes habituales (Stammkunden) que leen el periódico acompañados de una taza de café.Según cuenta la historia, el primer café se abrió en Viena tras la derrota de los turcos en 1683, y se establecen tal y como los conocemos hoy en día. El café vienés cumple diversas funciones, aquí se puede leer la prensa, comer algún bocadillo o tentempié y, dependiendo de las instalaciones, jugar una partida de bridge, ajedrez o billar. Aquí, el Café Central.¿Qué cafés pedir en Viena, en donde los meseros están impecablemente vestidos? Aquí algunas sugerencias...Un mesero sirve dos Einspaenner (moca en vaso con crema montada) en el Café Mozart, otro establecimiento de gran tradición que abrió en 1794.En muchos establecimientos preparan sus propios pasteles, como en el Café Demel.Considerados como remansos de calor para el frío invierno vienés, los más antiguos de estos establecimientos nos recuerdan la grandeza de lo que fue el imperio austro-húngaro. En esta imagen está el también clásico Café Demel, el cual abrió hace unos 200 años.Para acompañar los cafés, unos deliciosos pasteles en el Café Demel.La capital de Austria tiene una arraigada tradición en sus cafés, que forman parte esencial de su cultura. En cada esquina es posible encontrar un encantador lugar donde disfrutar de una buena taza caliente y de la renombrada pastelería austríaca. Aquí, el Café Central, el cual abrió sus puertas en 1876 y es uno de los más famosos y tradicionales de Viena.La deliciosa pastelería también es muy importante en Viena y siempre acompañarán la deliciosa bebida. En la foto, el Café Demel.No nada más encontramos café, si no también deliciosos postres, como helados en el Café Hofburg.Vista general del Café Landtmann, abierto en 1873. Este lugar está estrechamente ligado al padre del psicoanálisis, el austríaco Sigmund Freud, ya que que era cliente habitual.