Los berrinches forman parte de su maduración, pero puedes bajar su nivel y ponerles freno. Te decimos cómo calmar los berrinches de los niños con esta sencilla “frase mágica” y otros tips secretos.
¿Qué son los berrinches?
Los berrinches son el conjunto de conductas normalmente de carácter negativas que un niño ejecuta y expresa como medio de rechazar una situación que le entristece o, sobre todo, frustra.
Suelen presentarse como consecuencia de la excitabilidad y descontrol del niño, y acabar con ellos suele ser motivo de preocupación para los papás que, en muchas ocasiones, no saben cómo responderles.
¿Ignoramos al niño durante su enojo? ¿Lo ayudamos a que se calme un poco más? ¿Lo regañamos por reaccionar así cuando se tranquilice? ¿Hacemos como si nada hubiera pasado?
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¿Cuál es la edad de los berrinches?
Montse Martínez Carreras, Psicóloga educativa, nos explica: “Es normal que de los dos a los cuatro años aparezcan este tipo de explosiones emocionales, que son una forma inmadura de demostrar enfado o frustración ante una negativa”.
Por eso, añade, “los papás deben asumir esos enfados no como un desafío ni un intento de irritarnos, sino como una forma de expresar un sentimiento que debe ayudarnos a enseñar algo a nuestros hijos”.
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Cómo calmar los berrinches de los niños
Los berrinches nos ofrecen una oportunidad única para educar a nuestros hijos, para que seamos un ejemplo de comportamiento y actitud ante ellos y conocerlos mejor.
Por eso es importante que intentemos prevenirlos. ¿Cómo? Anticipándonos al conflicto, sabiendo cómo es nuestro hijo, qué le irrita en especial, evitando situaciones que puedan terminar en dramas, estableciendo rutinas que le den seguridad...
Toma en cuenta la eficacia de la estimulación positiva: alaba su esfuerzo cuando haya evitado el berrinche o lo haya sabido parar a tiempo, planificando algo extraordinario si lo consigue, entendiendo que es su deber, sin chantajes y sin premios.
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La frase mágica que calma cualquier berrinche de tu hijo
La UNICEF recomienda distraer al pequeño del problema que generó su berrinche y utilizar la frase mágica: “yo también”, pues así le demuestras simpatía por sus deseos, además de dejarle claro que estás de su lado y no en su contra.
Así generas una conexión con tu hijo, lo haces sentir comprendido y con libertad de expresar con libertad sus emociones y necesidades.
Una vez que le dejaste claro a tu niño que lo entiendes, usa una nueva actividad, un snack o un juguete con el que lo puedas distraer, para que no siga con el berrinche.
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Cómo calmar los berrinches: otras opciones y tips
APRENDE A DIFERENCIAR
“No es lo mismo un enfado que un berrinche, y es necesario reconocerlos”. Lloran durante mucho rato, gritan hasta quedarse sin voz, se tiran al suelo y patalean, no entienden razones, exageran más el llanto a medida que pasa el tiempo, pueden llegar a hacerse daño, no ceden al agotamiento...
“Pero con todo esto no pretenden molestarnos y no tenemos que tomarlo como una provocación, sino como una forma muy desesperada de captar nuestra atención”.
IGNÓRALO AUNQUE TE CUESTE
Esto es lo más difícil para los papás. “Debemos ejercer nuestro propio autocontrol, no ceder ante su presión, no sufrir por su llanto, no hacerle caso, aunque nos duela”, dice la Psicóloga.
Esto es esencial porque si ven que así captan la atención de sus papás, será algo recurrente.
ALÉJALO DEL PELIGRO
“No podemos permitir que se hagan daño físico”, explica Montse. Apártalos de la calle, de una ventana, de una puerta... ya que en su estado de nervios y excitación pueden no ser muy conscientes del daño que pueden hacerse.
“Siempre hay que proceder con mucha calma, sin recriminarles que se pongan en peligro, pero explicándoles que pueden hacerse daño”, señala.
HABLA CON ÉL CUANDO SE LE PASE
“Explícale la situación sin enfadarte, pelear ni reprochar, sino mostrándole la alternativa con ejemplos”. Los niños no pueden exigir ni imponerse.
“Hay que mostrar firmeza y disciplina –comenta Martínez Carreras–, hallar equilibrio entre respeto y autoridad. Decirles que no se hace y por qué”.
APROVECHA EL BERRINCHE
“Tenemos que asumir estos comportamientos como una oportunidad para conocerlos –saber qué les irrita y qué les calma– y para reforzar el vínculo afectivo, ya que después del berrinche buscan el abrazo paterno porque se sienten mal”, concluye la entrevistada.
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