Tomar tus propias suerte de ver en persona decisiones te concede una serie de derechos que determinan el concepto de ti misma, el cual está en constante construcción; a la par, te da el privilegio de ser la escritora de tu historia.
Quienes han tenido la suerte de ver en persona a Condoleezza Rice (la mujer que en la administración de George W. Bush, expresidente de Estados Unidos, fue secretaria de Estado), aseguran que tan sólo su presencia es suficiente para que todos a su alrededor se levanten de su asiento de modo respetuoso, porque a su paso desprende un halo de poder, el cual no tiene nada que ver con los puestos desempeñados ni con una actitud de soberbia que la haga sentirse por encima de los demás. Por el contrario, es su sencillez y la seguridad en sí, lo que la convierten en una persona merecedora de reconocimiento y admiración.
Esta mujer de origen afroamericano, quien en su momento se convirtió en la más poderosa del planeta, ejemplifica a la perfección la manera en que una decisión puede determinar el concepto que tenemos de nosotras mismas y de cómo los demás nos perciben. Su historia personal la ubica como una víctima de la segregación racial en su natal Birmingham, Alabama. Sin embargo, lejos de amilanarse ante las injusticias, siguió al pie de la letra los consejos de sus padres: “Tal vez no puedas comer una hamburguesa en Woolworth, pero puedes ser presidenta de Estados Unidos”.
Atreverse a decidir Aunque el acto de elegir es algo que creemos sólo hacemos en los grandes momentos de la vida, lo cierto es que todo el tiempo lo ponemos en práctica, como cuando optas por uno u otro camino para regresar a casa. Sin embargo, cada decisión, por simple que parezca, tiene una repercusión en lo que sigue a continuación, y hacerlo implica la responsabilidad de aceptar lo bueno, recomponer los errores si se presentan y también darle un buen cauce al éxito. Las mujeres, claro, deben tener la posibilidad de hacerlo igual que los hombres, tanto en la vida laboral como en la personal. Como dice el psicólogo Hans Oleg Olvera, investigador de la Universidad del Claustro de Sor Juana, “el poder de decisión va acompañado de confianza en uno mismo y eso es algo en lo que nunca se debe dejar de trabajar, pues a lo largo de la vida hay experiencias que se encargan de hacernos dudar de las capacidades, lo que afecta al momento de tomar las riendas de nuestro destino. Es por esto que es indispensable ir en busca de logros que afiancen la autoestima”.
Condoleezza Rice, desde muy niña tomó su primera decisión relevante: o se quedaba marginada por todo a lo que no podía tener acceso, o bien, iba un paso adelante, se preparaba y buscaba un mejor futuro, y optó por ello: se convirtió en una patinadora sobresaliente, aprendió a tocar el piano y estudió Ciencias Políticas hasta alcanzar el grado de doctorado por la Universidad de Denver. Es escritora, catedrática y conferencista, entre otros muchos logros. Optar por un camino que no siempre es el más sencillo, es una manera de acercarse a un bien mayor y es justo en ese transcurso en donde se desarrolla la inteligencia y se aprende de lo vivido, esculpiendo en una misma a una mujer más poderosa.
“La diferencia está en aquello que defendemos, en las decisiones que tomamos y en atrevernos a ser mejores”.- Condoleezza Rice
Toma el poder en tus manos
De acuerdo con la psicóloga Theresse Houston, académica de la Universidad de Seattle y autora del libro Cómo deciden las mujeres, hay algo que debemos aprender de nosotras mismas y son las capacidades que poseemos. Aconseja: • Utilizar la intuición. En sus estudios encontró que las mujeres somos más analíticas y pocas veces actuamos según nuestras corazonadas. • Sé más resolutiva. Dudar es natural, pero el reto es preservar la claridad en lo que deseas y evitar conflictos internos. • Tomar decisiones es más sencillo si tienes confianza en ti misma. Si te reconoces capaz de enfrentar cualquier panorama, tendrás mayores certezas. • Es momento de arriesgarse. No todo da claridad, a veces es necesario aprender de la prueba y el error. • Asume el control. Claro que hay situaciones que estresan y que en un primer plano impiden ver las cosas en perspectiva, pero una gran habilidad del sexo femenino es la cautela y la capacidad de distinguir las opciones posibles. No temas quedar al frente de algo que te genera tensión, confía en que lo harás muy bien.