¿Sabías que tu piel es el órgano más grande de tu cuerpo? Y, aunque no lo creas, la piel y el pelo son dos partes del cuerpo que tienen una regeneración muy rápida; así que puedes echarles una mano con una fruta que has disfrutado muchísimas veces en postres: las fresas. ¿Quieres saber cómo? ¡Sigue leyendo!
Dile adiós a los granitos
Clásica situación: tenías una gran cita o algo muy importante, y te salieron uno o varios molestos granitos. ¡No pasa nada! Las fresas pueden salir al rescate porque tienen mucha vitamina C, flavonoides y ácido salicílico, ¡justo lo que necesita tu piel para deshacerse del acné! Aplica una mascarilla de fresas molidas con miel, enjuaga bien y notarás la diferencia.
Limpieza total
Si tuviste un largo día, lo mejor que puedes hacer por tu piel es limpiarla con un tónico natural que la refresque y le ayude a eliminar las células muertas y otras cosas que no necesitan. Simplemente licua algunas fresas, combínalas con agua de rosas y aplícala con un algodón al principio de tu rutina de limpieza. ¡Te va a encantar!
Labios suaves
La piel de los labios es muy delgada, por lo que necesita algo que los mantenga protegidos y humectados todo el día. Las fresas están llenas de antioxidantes que protegen la piel del medio ambiente, y este efecto se puede combinar con la manteca de karité, un humectante ideal para cuidar pieles delicadas. Si quieres tener una acción combinada de estos ingredientes, puedes encontrar en el mercado productos como el bálsamo labial eos sorbete de fresa orgánico en barra. Te interesa: Saludable postre de fresas rellenas de Mascarpone
Además... Para una sonrisa blanca
Si deseas tener una sonrisa deslumbrante sin necesidad de aplicarte tiras blanqueadoras o de recibir un tratamiento (¡carísimo!) en el consultorio de tu dentista, este método natural elimina las manchas en tus dientes. Aplasta una fresa madura y revuélvela con ½ cucharadita de bicarbonato de soda. Aplica la mezcla con un cepillo dental y déjala durante cinco minutos. Después, cepíllate con tu dentífrico regular. Repítelo una vez por semana… y no podrás dejar de sonreír.