Todo en esta vida es cuestión de aprender y desaprender, por lo que tener capacidad de adaptación y renovación será clave para superar esta crisis de salud, que implica dejar atrás la angustia de salir a la cotidianidad para recobrar las actividades de cada día.
Mientras que para muchos permanecer en casa ha sido un suplicio al estar aislados en todos los sentidos, existen personas que descubrieron en esta posibilidad un nuevo paradigma de vida, en el que incluye menos contacto social y más espacio personal, pero ¿qué pasa cuando dejamos de estar cómodos en casa y empieza a invadirnos la paranoia de que todo nos va a contagiar si dejamos nuestro hogar? Conversamos con la doctora y psiquiatra Marytza Leal, de la Asociación Benéfica en Pro de la Salud Mental Ingenium A.B.P., quien nos cuenta que en sus poco más de 20 años de experiencia profesional y docente, dentro y fuera de México, ha presenciado casos de ‘ermitaños funcionales’; es decir, gente con temperamento y actitudes orientadas hacia la contemplación y soledad que disfrutan del distanciamiento social, pero no temen a la convivencia con otros, así como los casos más extremos, donde existen individuos cuya ansiedad les impide dejar la vivienda, ya que representa todo un reto paralizante llevarlo a cabo. Por ello, la especialista nos comparte algunos focos rojos y medidas precautorias para desalojar la zona de confort y brindarle una oportunidad a la nueva reestructura civil, tras esta crisis de salud que vivimos.
¿Tengo síndrome de la cabaña?
De acuerdo con la especialista Margaret O´Hara, del The National Alliance On Mental Illness, al momento de que la gente habla del famoso “Cabin Fever” lo hace pensando en sus dos acepciones: el miedo de salir a la calle o aquella donde la persona siente un total desprecio por estar encerrado y busca cualquier pretexto para estar fuera. En ambos casos ninguno es considerado un trastorno psicológico y sí, en cambio, un efecto del enclaustramiento, como lo afirma la doctora Marytza Leal. “Es natural responder o reaccionar así cuando se ha estado en casa por poco más de 30 días, lo lógico es que nuestro cerebro se afecte al principio y desate todo tipo de alteraciones de sueño, alimenticias y de percepción, pero con salidas graduales se puede ir recobrando el sentido de la habitualidad”, señala la experta.
Por lo que si tú o alguien próximo a ti siente ansiedad o molestia al realizar actividades que antes eran cotidianas, como trabajar fuera de casa, subir al transporte público o saludar a los conocidos, no desesperen, es parte de un proceso que requiere primero que nada sinceridad para reconocerlo y después sensibilidad para hablar de ello.
No perder la paciencia
No temas a pedir apoyo o ayuda, echa mano de tu red de familiares y amigos si te sientes asfixiada por no soportar un día más de encierro. Leal advierte que si últimamente estás más irritada o nostálgica que de costumbre, lo recomendable, además de expresarlo, es no perder la esperanza ni la paciencia. “Todas las cosas tienen un principio y un fin, naturalmente esta pandemia nos tomó por sorpresa, pero también es una ocasión excepcional para recobrar nuestro yo interno y ser más selectivos en lo venidero, es decir, a quién y en qué destinamos nuestro tiempo”, enfatizó la psiquiatra, que nos recomienda hacer ‘gimnasia mental’ para estar lo más desestresados posible, retomar un hobby del pasado, adquirir uno nuevo y, sobre todas las cosas, no perder contacto con otros. “Estamos confinados, más no secuestrados, así que tengan reuniones virtuales, hablen por teléfono, manden mensajes… El punto es saber que estamos cerca de la distancia y que, pese a que haya días con claroscuros, siempre existirá alguien en quién recargarnos”.
Hacerse la vida agradable
Aun cuando suene difícil o incluso obvio, cada hora es una oportunidad inmejorable para cambiar y adaptarnos, asegura Leal. “Empezar el día de manera correcta es básico para nuestra salud mental, agradeciendo estar presentes, ejercitando y nutriendo el cuerpo, así como eligiendo una dieta de medios saludable”. Aprender a disfrutar del hogar, así como del exterior, sin duda alguna nos permitirá recobrar el balance y las riendas de nuestra cotidianidad.
Un día a la vez
Una de las grandes doctrinas del budismo es vivir en el presente, por ello varios psicólogos en el mundo se suman a este pensamiento milenario al sugerirte estos pasos: 1. Piensa tres pendientes que puedas solucionar hoy. 2. Busca el contacto con la naturaleza, ello implica salir y tomar el sol. 3. Despréndete de lo que te molesta, nadie te puede robar tu fuerza interior. 4. Haz caridad a los demás, estar bien por dentro reluce en tu bienestar general. 5. La ‘gimnasia mental’ es una opción para esta pandemia que hoy día vivimos. * Marytza Leal, psiquiatra Miembro de la Asociación Benéfica en Pro de la Salud Mental Ingenium A.B.P. Facebook, Twitter e Instagram: @ingeniumabp