Criticado por largo tiempo, este hábito es sano si lo practicas de manera inteligente... Está comprobado que probar pequeñas raciones entre el desayuno y el almuerzo, o entre la comida y la cena, es muy benéfico, eso porque nuestro cuerpo está ‘programado’ para recibir alimentos cada tres horas. Así evitamos que al llegar a la siguiente sentada tengamos un hambre voraz y descontrolada. Ésa es la razón por la cual los expertos recomiendan realizar cinco o seis ingestas leves al día. ¿La clave del éxito? Seleccionar cosas bajas en calorías y evitar las grasas, ¡en especial las ocultas en galletitas y pastelillos industrializados!
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TIPS PARA PICAR SIN PECAR
- Bebe más agua y jugos de vegetales (el de verduras bajo en sodio es delicioso con unas gotitas de limón) o de frutas, además de leche descremada.
- Procura comer alimentos con proteínas y fibra, pero que sean bajos en azúcares o grasas.
- Si tienes antojo de dulce, media barra de chocolate oscuro (1 barra de 17 g de Hershey’s tiene 75 calorías puede ser el snack ideal. Y un ‘besito’ de chocolate de la misma marca sólo 25 cal.)
- Un buen consejo: si al llegar a casa a menudo estás ‘muerta de hambre’, trata de no comer nada durante los primeros 10 minutos, en vez de ello bebe agua fría, verás cómo bajan las ganas de devorar. ¡Un truco probado!