¿Te cuesta ahorrar? Conoce 5 hábitos de ahorro que te harán millonario

La libertad financiera no se alcanza hasta que logras amasar una fortuna en tu cuenta bancaria. Ser independiente es una realidad que se construye día tras día al cultivar buenos hábitos financieros.

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La libertad financiera se construye con pequeños pasos diarios: ahorra, invierte y toma el control de tus finanzas.

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De acuerdo con Thomas C. Corley, autor de Cambia tus hábitos, cambia tu vida, el factor determinante que ayudó a una buena parte de los actuales millonarios autodidactas a construir sus fortunas es la adopción de “hábitos millonarios”. Se trata de una serie de prácticas que realizan de manera cotidiana y que, a la larga, les han ayudado a incrementar su resilencia y disciplina. Pero, ¿cuáles son y cómo ponermos en práctica?

Consejo millonario: adopta buenos hábitos

1. Cambia de mentalidad

Si piensas que el dinero es una fuente de problemas y, por ende, crees que es “malo”, tu relación con tus finanzas siempre será nociva. Por el contrario, si tu aproximación al dinero es neutra o positiva, los “problemas financieros” nunca van a convertirse en una fuente de estrés.

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La independencia financiera es un camino, no un destino. Se logra día a día, tomando decisiones financieras inteligentes.

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Hábito a adoptar: Durante los próximos 30 días tómate un par de minutos para evaluar tus creencias alrededor de dinero y los hábitos que has adquirido gracias a ellas. ¿Evitas revisar tus facturas del mes hasta un día antes de la fecha de pago?, ¿cada gasto que haces te hace sentir culpable? Estas son señales de que tu relación con el dinero necesita ser reevaluada.

2. Lleva un registro de todo lo que gastas.

No es que te necesites un aumento de sueldo de emergencia, tu problema es que no sabes exactamente en qué estás gastando. Recuerda que cuando se trata de calcular tus gastos todo suma, por mas insignificante que parezca. Si no tomas conciencia y controlas esos pequeños gastos “hormiga”, nunca habrá sueldo que te alcance.

Hábito a adoptar: Registra todos tus gastos diarios durante 30 días usando alguna de las apps que existen para este propósito, como Monefy. Se minuciosa a mas no poder: café, víveres, alcohol, renta, revistas, Netflix… todo debe de quedar registrado.

3. Blinda tu cerebro contra las “ofertas”

Todas hemos estado en la siguiente situación: estás en el súper y un anuncio te comunica que hay un 2x1 en tu marca preferida de shampoo. De inmediato tomas dos botellas… sólo para descubrir en la caja que tu total excede lo que pensabas gastar. Este es un excelente ejemplo de cómo la palabra “oferta” sabotea por completo tu capacidad de decidir analíticamente. ¿El resultado? Finanzas fuera de control.

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Asegúrate de hacer compras inteligentes, si no lo necesitas, ¡no lo compres!

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Hábito a adoptar: Cada que te encuentres con una oferta “irresistible” analiza si realmente se trata de una oferta para tu situación. Si la tienda en la que vas a comprar unos jeans (que necesitas) tiene una promoción de envío incluido al gastar una cierta cantidad, pero el precio de tus jeans está por debajo … entonces la “oferta” no te beneficia, pues estás gastando más por artículos que originalmente no planeabas comprar.

4. El valor de las cosas no sólo es monetario

Cuando nos ofrecen algo gratis nuestra primera reacción es aceptar. Sin embargo, en la vida (y economía) nada es gratuito.

Hábito a adoptar: antes de aceptar cosas “gratis”, pregúntate qué es lo que vas a desembolsar si aceptas la oferta: ¿tiempo?, ¿esfuerzo?, ¿energía? Para muestra, un botón: si te inscribes al webinario gratuito de tu influencer favorita probablemente tu tarjeta de crédito no va a verse afectada, pero ¿vale la pena que inviertas dos horas de tu día en este evento? La decisión es tuya.

5. Dile sí a los gastos calculados

Lo primero que tendemos a hacer cuando estamos ahorrando, es negarnos a hacer gastos “innecesarios”. En esta categoría no solo entran las salidas al cine semanales, sino también los cursos, viajes, consultas con el nutriólogo o incluso las membresías del gimnasio. Sin embargo, en un plan de ahorro bien concebido, muchos de estos gastos sí que tienen cabida. ¿El secreto para saber si puedes permitírtelos? Calcula el valor que te aportarán.

Hábito a adoptar: Cada que te enfrentes a una compra importante, pregúntate por el valor real del objeto a adquirir. ¿Dudas si inscribirte o no a un curso? Para decidir asertivamente, determina qué añadirá a tu vida: ¿más clientes para tu negocio?, ¿el dominio de una nueva habilidad que después podrás monetizar? Si el objeto a adquirir promete dar un valor real, entonces es un gasto útil.

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