¿Qué tan saludable es la pizza?

¿Qué tan saludable es la pizza?

Por lo general, la pizza encanta a la mayoría de la población.Ese delicioso olor que sale del horno cuando se está cocinando, la seducción de los sentidos del queso caliente y fundido, la sensación de su base crujiente y esponjosa... Difícil de resistir. Algunas personas consideran este alimento como poco sano y hasta la catalogan dentro del grupo de la ‘comida chatarra’. El uso de ingredientes incorrectos, muchas veces el exceso de éstos dentro de la pizza, y comer en demasía es lo que le ha dado esta fama, pero esto no tiene porqué ser así. La verdad es que la pizza es un alimento completo por su variedad de ingredientes. Para mantenerte sano, primero debes comprender que no hay comidas buenas y malas, sólo buenas y malas costumbres alimenticias. Todas las comidas proporcionan sustancias que tu cuerpo necesita para crecer, tener energía y mantenerse saludable, y todas las comidas pueden ser parte de una dieta saludable. Una dieta saludable incluye productos de cereales, vegetales, frutas, leche descremada, carne desgrasada, pescado, pollo y frijoles secos. Trata de evitar las comidas que contienen mucha grasa o azúcar. Algunos grupos de alimentos satisfacen varios grupos. Por ejemplo, los tacos, pizza, lasagna, entre otros, contienen una combinación de ingredientes que pueden contar para muchos grupos de alimento.

¿Puedes pensar en otras combinaciones de alimentos nutritivos?

Si comes una pizza hecha con queso, jamón, tomate y, además, le añades algunas hortalizas y verduras como champiñones, alcachofas, pimiento o cebolla, no necesitas nada más para que tu comida resulte de lo más completa. Ésta contiene carbohidratos (los que contienen la harina), proteínas (las del queso y jamón), grasas (queso y jamón), fibra, vitaminas y minerales. Es decir, todos los nutrientes necesarios para el organismo. Para redondear la jugada sólo hace falta que le añadas un chorrito de aceite de oliva. Por esta razón, dar de cenar a tus hijos una pizza “Cuatro estaciones” es una buena alternativa para que estén bien alimentados. Para los más pequeños es recomendable añadir una ración extra de queso, o tomar de postre un producto lácteo para asegurar el aporte de calcio necesario para sus huesos. El contenido nutricional de la pizza varía según sus ingredientes (queso, pescado, carne, vegetales...) pero, en todo caso, las caseras son más recomendables que las industriales, con un alto contenido en grasas. En general es un alimento rico en carbohidratos (25.8 gramos/100 gramos), grasa (11.5 gramos/100 gramos) y proteína (8.8 gramos/100 gramos). Aproximadamente, 100 gramos de pizza aportan unas 234 calorías y, por tanto, una ración pequeña puede ser apta incluso para dietas de adelgazamiento. Para controlar el colesterol se recomiendan pizzas vegetales, con queso desnatado y aceite de oliva. Además de ser un plato socorrido y fácil de hacer, es mejor preparar las pizzas en casa para asegurarnos la calidad de los ingredientes. Podemos emplear casi de todo (carne, pescado, vegetales, conservas) y hacer nosotros mismos las salsas. Los condimentos más utilizados son el orégano, el ajo y la albahaca. Si se dispone de tiempo y ganas, uno mismo se puede preparar la masa para la base. Los iomponentes son harina, levadura, agua, sal y azúcar. Sin embargo, resulta mucho más cómodo comprar las bases ya preparadas, congeladas o de panadería. En las pizzas industriales es muy difícil saber qué tipo de grasas se han empleado, y en muchas ocasiones éstas son de origen animal (malas para nuestra salud cardiovascular) o vegetal poco recomendables (aceite de coco y palma). Lo mismo ocurre con los embutidos y otros ingredientes. Tras la Primera Guerra Mundial y la emigración de numerosos italianos a Nueva York y Buenos Aires se popularizó el consumo de pizza en estas ciudades. En la segunda mitad de siglo se extendió por Europa, pasando a formar parte de la llamada “cocina ligera” e incorporándose a la casera con gran éxito. La pizza moderna, a base de queso y mozzarella, es un “invento” napolitano. En España, el equivalente a la pizza, tanto por variedad de ingredientes como por valor nutricional, es el bocadillo.

Pizza casera

Ingredientes:

1/2 cucharada de levadura seca 1 cucharadita de azúcar, por partes 12 cl de agua tibia (40° a 45°C) 250 grs. de harina, por partes 3/4 cucharadita de sal, por partes 2 cucharadas de aceite de oliva, por partes 1 lata (435 grs.) de tomates enteros pelados, sin estilar 1 cebolla mediana, picada 1 diente de ajo, molido 2 cucharadas de pasta de tomate 1 cucharadita de hojas secas de orégano, machacadas 1/2 cucharadita de hojas secas de albahaca, machacadas 1/8 cucharadita de pimienta negra molida 1/2 pimiento morrón pequeño, sin pulpa ni semillas 1/2 pimiento verde pequeño, sin pulpa ni semillas 4 champiñones medianos frescos 1 lata (60 grs.) de filetes planos de anchoa 195 grs. de queso mozzarella rallado 45 grs. de queso parmesano recién rallado 50 grs.de aceitunas negras deshuesadas partidas por la mitad Preparación: Para hacer que la levadura fermente, esparcirla junto con 1/2 cucharadita de azúcar sobre agua tibia en un recipiente pequeño; revolver hasta que se disuelva la levadura. Dejarla en reposo 5 minutos o hasta que aparezcan burbujas.* Si la levadura no da burbujas, significa que ya no está activa. Siempre debe revisarse la fecha de vencimiento que lleva el envoltorio de levadura. Por otra parte, si se pone agua demasiado caliente se mata la levadura; es mejor usar termómetro. En una fuente mediana colocar 210 grs. de harina y 1/4 cucharadita de sal; agregar la mezcla de la levadura y revolver junto con 1 cucharada de aceite hasta que se forme una masa lisa y suave. Poner la masa en una superficie espolvoreada con harina y aplasta la masa un poco. Para trabajar la masa, doblarla por la mitad hacia su cuerpo, y luego empujarla hacia afuera con la palma de la mano. Girar un cuarto la masa y seguir doblando, presionando y girando del mismo modo. Seguir amasando, utilizando lo necesario del 1/4 de taza de harina que quede para hacer una masa firme y flexible. Moldear la masa para formar una bola y colocarla en una fuente grande untada con manteca. Volcar la masa para untar toda su superficie con manteca. Cubrir la fuente con un paño de cocina limpio y dejar la masa, 30 a 45 minutos, en un lugar caliente hasta que la masa duplique su volumen original. Introducir la punta de dos dedos alrededor de 1.5 cm en la masa. Si la marca de los dedos quedan, la masa estará a punto. Para hacer la salsa, picar los tomates finos; reservar el jugo. Calentar la cucharada restante de aceite en una olla mediana a fuego medio. Añadir la cebolla; rehogar 5 minutos o hasta que se ablande. Añadir el ajo; freír 30 segundos más. Agregar los tomates y el jugo, pasta de tomates, orégano, albahaca, 1/2 cucharadita restante de azúcar, 1/2 cucharadita de sal y pimienta negra. Llevar a su punto de ebullición a fuego fuerte; bajar el fuego a medio-bajo. Hervir 10 a 15 minutos a fuego lento, sin tapar, hasta que la salsa se espese, revolviendo de vez en cuando; verter en un recipiente pequeño; enfriar. Golpear la masa para aplastarla. Amasar brevemente (de la manera que se describe en el paso 3) sobre una superficie espolvoreada con harina para distribuir las burbujas de aire; dejar la masa en reposo 5 minutos más. Sobre una superficie espolvoreada con harina, aplastar la masa formando un círculo. Estirar la masa, empezando en el medio y pasando con el rodillo hacia las orillas, hasta formar un círculo de 25 cm. Poner el círculo en un molde para pizza de 30 cm, untada con manteca. Estirar y moldear la masa hasta que alcance a tocar las orillas del molde. Tapar y dejar 15 minutos en reposo. Precalentar el horno a 230°C. Picar los pimientos en pedazos de 2 cm. Cortar los tallos de los champiñones y limpiarlos con un paño húmedo de cocina y rebanar en trozos delgados. Estilar las anchoas. Mezclar los quesos mozzarella y parmesano en un recipiente pequeño. Extender la salsa uniformemente encima de la masa de pizza. Espolvorear con 2/3 de los quesos. Disponer los pimientos, champiñones, anchoas y aceitunas encima de los quesos. Espolvorear los quesos restantes encima de la pizza. Hornear 20 minutos o hasta que la masa se vea dorada. Para servir, cortar en trozos.

Relacionado