Así como el yoga tradicional, existe una serie de movimientos y masajes que al ponerlos en práctica sobre tu rostro, pueden ayudarte a mejorar tu salud y aspecto físico de manera inmediata.
Esta disciplina, puesta recientemente de moda, no solo es útil para la tonificación de los músculos faciales, sino también para llevar a cabo un drenaje linfático, el cual ayuda a eliminar todas las toxinas acumuladas en nuestro organismo y piel.
Se le llama yoga facial debido a que la cara, al igual que nuestra estructura corporal completa, también alberga puntos de energía específicos, los cuales al ser estimulados de manera precisa presentan una respuesta favorable sobre nuestro funcionamiento físico.
¿Cómo se realiza el yoga facial?
Tu misma puedes realizar en casa una serie de ejercicios de yoga facial para lucir más joven de manera prácticamente instantánea, sin tener que recurrir a costosos y dolorosos procedimientos estéticos.
Lo único que necesitaras son productos hidratantes, tus manos y opcionalmente un set de rodillo y gua sha.
Al igual que en el yoga tradicional, existen cientos de movimientos que puedes poner en práctica para diversificar los beneficios de esta nueva técnica de belleza. Sin embargo existen movimientos básicos para quienes son principiantes en el ejercicio de los músculos del rostro.
Uno de los masajes claves en este tipo de yoga es el que sirve para el levantamiento de pómulos, el cual se realiza con la parte externa de los dedos, masajeando la parte superior de las mejillas, haciendo un movimiento desde el exterior de la nariz hasta las sienes.
Otros movimientos del yoga facial ni siquiera requieren de la intervención de las manos, si no que consisten en hacer movimientos con la boca para estimular diversos músculos. Un ejemplo de estas posturas es “la gran sonrisa”, con la cual tienes que entreabrir la boca, esbozando una leve sonrisa y mantener la tensión durante 5 segundos.
Todas las postura de yoga facial pueden ser puestas en práctica por mujeres de todas las edades y es recomendable que este hábito sea adoptado en la cotidianidad, dedicándole de 10 a 15 minutos al día.
