El intestino y el cerebro están mucho más conectados de lo que los científicos creían
En el boletín Nature Medicine se publicó recientemente un estudio que afirma que, alterando la flora intestinal de ratones, se puede reducir el daño cerebral después de una embolia, sugiriendo así que hay una relación entre los intestinos y el cerebro que había sido desconocida hasta ahora. Los autores encontraron que la flora intestinal regula el desarrollo de las células inmunes proinflamatorias, que migran de los intestinos al cerebro tras una embolia, en este caso, inducida. Para llegar a estas conclusiones trataron a los ratones con antibióticos y se dieron cuenta que se altera el balance de las células pro y antiflamatorias, aumentado estas últimas e impidiendo que las proinflamatorias migrasen al cerebro. Esa manipulación podrá ser utilizada terapéuticamente para ayudar en los efectos de una embolia.