1. Aprende los términos básicos de economía
Inflación, intereses, rendimiento, inversiones... Las finanzas no suelen ser parte de nuestra educación, así que para no caer en la primera trampa crediticia debes informarte. Este conocimiento te será útil durante toda tu vida.
2. Cultiva una cultura del ahorro Graba esto en tu memoria: no se trata de guardar lo que te sobra, sino de destinar 10 o 20% de tu salario al ahorro antes de comenzar a distribuirlo. Cualquiera que sea tu sueldo, este porcentaje debe ser inquebrantable.
3. Identifica los hábitos financieros de tus padres. Como en otros aspectos de tu vida, imitarás la manera en que se comportan tus papás y cómo mueven el dinero en casa. Rompe con sus hábitos negativos y retoma sus aciertos. Padre rico, padre pobre, de Robert T. Kiyosaki, es una lectura básica para identificar patrones.
4. Lleva un diario de gastos. Analiza si ahorras, si tienes deudas, si vives al día... y anota a qué destinas tus ingresos, así tu dinero no se saldrá de control sin darte cuenta y notarás las fugas y focos rojos antes de que sea muy tarde.
“Ahorra en porcentajes”, dice Eric Roberge, asesor financiero de Beyond Your Hammock. Los números parecen imposibles si comparas lo que ganas con gente mayor, pero ahorrar en porcentajes “es factible a cualquier nivel”.
A LOS 30 AÑOS: Limita tus gastos y piensa a futuro
1. Establece prioridades. Según estadísticas, en esta década tendrás el flujo más grande de dinero en tu vida profesional, y querer gastar hasta el último centavo será una tentación. Piensa a futuro (¡tanto familiar como de retiro!) y sigue respetando tus porcentajes de ahorro. Que ganes mejor no significa que debas gastar más. 2. Planifica tu economía familiar. Si te casas o tienes hijos, deberás hacer ajustes a tu estilo de vida y adecuar los ingresos al nuevo modelo que vives en casa. Este punto en tu historia es clave, las personas que aumentan sus egresos sin tener más salario, comienzan a tener deudas. Para en seco y reajusta. 3. Cuida tu historial crediticio. Es momento de pensar en tu patrimonio y prepararte para una hipoteca, seguro de vida, ahorros para la universidad de tus hijos o el retiro. Si comienzas al principio de esta década, tu futuro pintará de lo mejor.
4. Cuida tu relación con el dinero. Has vivido altos y bajos, así que haz un análisis de tu manejo del presupuesto y asegúrate de poner en práctica los consejos de los años 20 en marcha.
“Vive con mucho menos de lo que ganas. Las transiciones más grandes de la vida suceden en esta época. Entre mayor diferencia positiva haya entre tu salario y tus gastos, más rápido alcanzarás tus objetivos en la siguiente década”.
MÁS ALLÁ DE LOS 40: Tiempo de aventuras e inversiones
1. Olvida tus errores financieros.
Mucha gente cree que es demasiado tarde para cambiar los malos hábitos arraigados para comenzar a ahorrar o eliminar deudas, nada más lejos de la realidad, siempre se puede recobrar la estabilidad.
2. Adéntrate en las inversiones. Haz crecer tu dinero con diversos movimientos de alto y bajo riesgo, asesórate y apuesta para aumentar tu fondo de retiro. Tendrás más posibilidad de operación si has ahorrado en el pasado.
3. Convierte tus talentos en ingresos. Quizá no vas a cambiar de carrera ahora, pero si el dinero no te alcanza, intenta transformar tus hobbies en negocios. Descubre qué habilidad puede ser rentable y aprovecha tus años de experiencia en ella. El efectivo extra debe ir directo al ahorro.
4. Elimina deudas innecesarias. Con los años se acumulan gastos hormiga inútiles, por ello haz un nuevo análisis financiero. No es vital cambiar de coche cada año como lo haces desde hace 10, ni salir de viaje de fin de semana otra vez, en lugar de esos pequeños lujos puedes liquidar tu hipoteca, por ejemplo. ¡Piensa en grande!
Atención a tu cuenta bancaria: “La gente teme ver sus saldos, pero el dinero se va si no le haces caso. Establece una hora al mes para revisar tus movimientos y redirigirlos. Si no sabes cómo estás gastando, es como si entraras al bosque sin una brújula”.
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Por: Jessica Moreno / Foto iStockphoto
