¿Quieres tener bajo control tus finanzas y aprender el arte de endeudarte sin morir en el intento? Aquí, te damos las reglas de oro
Aquellos tiempos en los que nos declarábamos incapaces de tomar buenas decisiones financieras, han quedado atrás, y esperar que otros se hagan cargo de nuestras deudas o sentarnos a llorar en una montaña de cuentas por pagar, no es una opción.
Hoy toca capitalizar con sabiduría nuestros recursos e inspirarnos en mujeres exitosas e inteligentes como Oprah, J.Lo y Jessica Alba.
Y aunque tal vez no contamos con caudales semejantes a los de ellas, igual podemos seguir su ejemplo y construir una base financiera sana que nos permita invertir mejor, lograr metas y sobre todo, ¡dormir tranquilas! No es difícil. Un poco de sentido común y la información adecuada nos pueden llevar al equilibrio, y uno de los primeros puntos a revisar es el tema de los préstamos o créditos personales, una tentación latente.
¿Cuál es el bueno?
Dicen que el mejor crédito que podemos pedir, es el que no necesitamos. Y aunque esto pareciera una verdadera contradicción, tiene todo el sentido del mundo.
De acuerdo con la CONDUSEF (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros), más de la mitad de los mexicanos solicita préstamos personales. Éstos pueden ser de distintos tipos, los más usuales son: a través de tarjetas, de la nómina o los gestionados por medio de bancos. Sin embargo, debemos señalar que, en la mayor parte de los casos, se piden para saldar deudas contraídas previamente con otros instrumentos semejantes.
Esta situación forma un círculo vicioso. A la larga, los intereses y los pagos se multiplican.
Así acabamos con la soga al cuello y la necesidad de pedir más, en un ciclo de nunca acabar.
Sofía Macías, autora del best seller Pequeño cerdo capitalista, dice que: ?El mejor préstamo no es el que paga deudas. Sino el que pedimos cuando nuestras finanzas están sanas y nos va a ayudar a crecer, porque lo vamos invertir en una vivienda o en nuestro negocio?.
La experta aconseja pedir prestado cuando nuestra economía está bajo control, para no correr el riesgo de que las deudas nos saquen de balance. ?No perdamos de vista que no se trata de dinero de más, sino de un movimiento estratégico para estar mejor?.
Creencias y tentaciones
Si bien, tener a mano instrumentos crediticios para afrontar situaciones no planeadas, nunca está de más, éstas deberían subsanarse con el ahorro. De lo contrario, acabarán saliendo más caras de lo planeado.
Todos los especialistas coinciden en que el ahorro debería ser nuestra principal fortaleza económica. Lejos de destinar cada mes y ad infinitum (sin límite) cantidades para amortizar las deudas, deberíamos guardarlas en diversos instrumentos de inversión.
Además de la idea de que todos los extras debemos cubrirlos con préstamos, se encuentra otra creencia errónea y más común de lo que podríamos suponer. Ésta se refiere a que muchas veces pensamos que debemos aprovechar a toda costa las oportunidades de obtener un crédito.
¿Quién no se ha sentido tentada a aceptar la oferta que, como por arte de magia, aparece en la pantalla del cajero automático, ofreciéndonos atractivos montos? ¿O a iniciar el trámite cuando se anuncia que podemos disponer de ella con cargo a nómina? La tentación es grande y en cualquier momento podemos sucumbir. Aunque, al aparecer los ceros en nuestros estados de cuenta, es probable que nos demos de topes por haber caído en semejante trampa.
Conviértelos en tus aliados
Otro gran saboteador es que ante el mal manejo que hacemos de los préstamos, acabamos por colocarlos en una aparente y peligrosa normalidad. Es decir, dejamos de percibirlos como un problema que se debe solucionar y los convertimos en algo que parecería ser una condición ineludible. Hablar de que estamos llenas de deudas, que abrimos un hoyo para tapar otro, de lo ?endrogadas? que vivimos, es algo cotidiano.
?Pero no por ello está bien?, asegura Guadalupe Frías coach en finanzas de Smart Mentoring. ?Tenemos que revisar las creencias autosaboteadoras que nos llevan a vivir así, y transformarlas. Un buen primer paso para lograrlo, es establecer con objetividad qué necesitamos en realidad para estar bien y concentrarnos sólo en ello?.
La coach dice que, a veces, las mujeres solemos pensar: ?El dinero para gastar es la mejor cura contra la depresión??, ?aunque es un lujo, lo valgo?, ?me voy a endeudar? ya veré después? y otras. Esta forma de ver las cosas, articula un enfoque que nos lleva a estar debiendo, pero debería ser una circunstancia eventual.
Así pues, es importante reflexionar y poner en práctica todos estos consejos. Prepararnos, informarnos, aprender y sobre todo asesorarnos, ya que ésta es, sin duda, la mejor estrategia para hacer de los préstamos, valiosos aliados y no grandes boicots.
Plan maestro
Si ya estás endeudada, no te preocupes, ¡es mejor que te ocupes! Es recomendable que diseñes un plan para pagar tu deuda cuanto antes: negocia con el banco, emprende algo que te deje dinero extra el fin de semana, organiza tus gastos y detecta en qué puedes ahorrar. Por fortuna, ya estás por tomar acción.
Casi el 60% de los mexicanos está sujeto a algún tipo de préstamo.
En 2017, 12 millones de créditos personales han sido otorgados por la banca.
Este año, 209 millones de pesos se han destinado a este tipo de préstamos.
7 consejos para pedir un préstamo ¡sin que te robe la paz!
1. Establece para qué lo quieres. Recuerda el consejo de Sofía Macías: si algo vale la pena para que te endeudes porque redundará en un beneficio, ¡adelante!
2. Compara en distintas instituciones las tasas de interés. No olvides checar el Costo anual total (CAT) de la contratación, las comisiones, gastos o seguros.
3. Solicita el crédito en una institución autorizada. Puedes verificarla en el Buró de entidades financieras. Y para no correr riesgos, nunca acudas a usureros
4. Con calculadora en mano, haz un presupuesto en el que a tus ingresos les restes tus gastos fijos y el ahorro. ¿El remanente te alcanza para los pagos?
5. Si se trata de un crédito de nómina, no pierdas de vista que se te descontará de tu salario. Debes saber cuánto quedará para cubrir tus necesidades.
6. No pagues luego de la fecha límite. Los intereses moratorios por pago tardío, no son irreales. Y si incurres con frecuencia en la demora se podría afectar tu historial crediticio.
7. ¿Tu crédito es a través de una tarjeta? No cubras sólo el mínimo, pues así no se amortizan los intereses. Lo ideal es pagar el monto total lo más pronto posible.
Los principales tipos de préstamos personales son las tarjetas de crédito, los de nómina y los gestionados en el banco.