Ni con rosas ni chocolates, la razón de este día día dista mucho de “celebrar el hecho de ser mujeres”, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y esto tiene que ver con la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de género y sus derechos.
Este día nos invita a reflexionar sobre los avances logrados, los desafíos que aún persisten y la importancia de seguir trabajando por un futuro más equitativo para todas las mujeres. Se trata de honrar lo que nuestras bisabuelas, abuelas y madres han conseguido.
La historia de este movimiento nos remonta a un pasado muy lejano: “En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían “libertad, igualdad y fraternidad” marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino”, apunta las Naciones Unidas.
Pero, por qué es el 8 de marzo y por qué “no se celebra”, de mujer a mujer, aquí te lo explicamos:
¿Qué ocurrió un 8 de marzo?
Lo cierto es que no hay un hecho aislado que se conmemore, aunque sí hay dolorosas historias que recordar. Han habido protestas feministas en distintos países y en distintas épocas. Sin embargo, las Naciones Unidas apunta que: “El hecho de que este día se conmemore el 8 de marzo está estrechamente vinculado a los movimientos feministas durante la Revolución Rusa de 1917".
Sí, el origen del movimiento que hoy celebramos está vinculado a Rusia hace más de 100 años. El Día Internacional de la Mujer tiene una estrecha relación con la Revolución Rusa, ya que el 8 de marzo en 1917 fue un catalizador importante que desencadenó la revolución que derrocó el régimen zarista en Rusia. Se considera que las manifestaciones masivas de mujeres en Petrogrado, hoy San Petersburgo, contra la miseria provocada por la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial fueron un preludio a la revolución.
Pasaron décadas, marchas, luchas y tragedias (como el incendio de la fábrica de costureras de Nueva York) hasta que el Día Internacional de la Mujer fuera oficialmente designado por la ONU en 1975 y, dos años después, la Asamblea General de las Naciones Unidas hiciera oficial el Día. En otras palabras, el Día Internacional de la Mujer “se conmemora alrededor del mundo para hacer conciencia sobre la importancia de empoderar a las mujeres en todos los entornos, proteger sus derechos y garantizar que éstas puedan alcanzar todo su potencial”, como apunta la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
¿Celebrar o conmemorar?
¿Has oído decir que el 8M se conmemora, pero no se celebra? La razón en el cambio del uso de los términos está en su significado. No se está celebrando el hecho de ser mujer, se está conmemorando. Conmemorar implica recordar y honrar eventos históricos significativos, como las luchas por los derechos de las mujeres y la igualdad de género, así como reconocer los logros alcanzados en este ámbito.
En otras palabras, el Día Internacional de la Mujer implica destacar los avances logrados por las mujeres, promover la igualdad de género y concienciar sobre la importancia de seguir luchando por un mundo más equitativo.
¿Cuál es la importancia de seguir luchando en México?
Sólo enlistaremos 3 puntos, aunque hay muchos, muchos más, según informes del Gobierno de México:
- En México ocurren 10 feminicidios al día, aproximadamente.
- La sobrecarga de trabajo de las mujeres es 4 veces más de la de los hombres.
- La tasa de participación económica de las mujeres es de el 44 por ciento sobre el 76 por ciento de los hombres.
De ahí que, como apunta ONU Mujeres: “Si se mantienen las tendencias actuales, más de 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir en pobreza extrema en 2030. Para garantizar que se tengan en cuenta las necesidades y prioridades de las mujeres, los Gobiernos deben priorizar la financiación con perspectiva de género y aumentar el gasto público en servicios esenciales y protección social”.
Si de pequeña oíste: “corres como niña”, “vieja el último”, “calladita te ves más bonita” o “esto es trabajo de hombres”, has sufrido de violencia de género. Conmemorar el 8M no es afirmar que hombres y mujeres somos iguales, es honrar el hecho de que somos diferentes y es luchar por tener los mismos derechos sociales y laborales. Ahí radica su importancia.
