Una magnifica transformación permitió convertir un lugar que sirvió de oficina en un luminoso y acogedor espacio
La renovación del edificio construido en el siglo XVII quedó en las manos de un arquitecto amigo de los propietarios, quien les propuso aprovechar el alto puntal para subdividirlo e instalar un estudio con baño, en lo que equivale a la segunda planta. La primera cuenta con el living, la cocina parcialmente abierta y el dormitorio principal con baño privado. Con el propósito de usar la luz natural creó un pasillo a todo lo largo del apartamento, en el área que queda junto a los ventanales. Los muebles, por su parte, han sido diseñados con líneas sencillas, muy modernas.
¡Triunfa el blanco y negro en la cocina! Los boles en una especie de mural la llenan de un novedoso movimiento, sin restarle espacio; esos círculos armonizan con la vajilla. La mesa convertible es extremadamente funcional, ya que puede usarse como auxiliar, para servir platillos informales. También puede guardarse cuando no se necesite y quedará el espacio libre.
En el baño privado, el ángulo que se crea con la inclinación del techo fue aprovechado para colgar los accesorios que se necesitan a una mayor altura en la pared.
La altísima cabecera está revestida de tela, con un estampado bicolor. La mesita es la única nota de color contrastante en el dormitorio.
Derroche de imaginación: para tener una pared cubierta de fotos, como esta, hay que planificar cuidadosamente el equilibrio entre los marcos verticales y los horizontales.