El foco del diseño interior en este apartamento fue transformar el antiguo espacio subdividido en numerosas habitaciones, en uno en el que fluyeran la energía y la luz sin obstáculos
Mucho se logró al derrumbar paredes interiores para que el antiguo apartamento oscuro se convirtiera en uno donde la luz es un elemento importantísimo. En las áreas comunes las paredes fueron pintadas en tonos claros, lo que contribuye a maximizar la iluminación. El sofá y la mesa de comer sirven como elementos que delimitan las zonas, pero no dificultan el movimiento. En el caso de que alguien necesite trabajar en total privacidad, al lado izquierdo del sofá se puede ver una puerta corrediza que, cuando se extiende, separa la sala para crear un lugar aislado. Pero aun así, esto no impide el flujo interior.
La interacción del gris y los tonos beige continua en el ala privada de la casa. En primer plano está la mesa Tulipán en forma ovalada, diseñada por Eero Saarinen, que separa la sala de la cocina.
El arreglo del cuarto matrimonial, en el que predominan los tonos beige , es muy sencillo. En la pared que lo separa del baño hay varios cuadros colocados de manera artística.
En el baño, el papel de pared estampado incorpora un efecto visual de textura, con colores afines al resto de la casa.
En la pared detrás del sofá se ha creado un nicho donde esta instalada la colección de teteras de la propietaria. ¡Da la impresión de un ?cuadro? tridimensional! La silla, un clásico de Charles & Ray Eames, armoniza con la alfombra y el cojín estampado de leopardo: el tema animal se nota en otras zonas de la casa.