Estás frente a un producto ‘fabuloso’ y tu corazón y tu mente se disputan por comprarlo. La emoción te gana y terminas por llevarlo a casa aunque no lo necesitas. ¿Te ha pasado? Seguro que sí. El problema es que no sólo se trata de aprovechar una oportunidad, sino de un efecto mental, y es que científicos de la Universidad Duke, en Estados Unidos, descubrieron que esa urgencia por comprar se debe a que las emociones y el sentido del valor son regulados en la misma parte del cerebro: la corteza prefrontal ventromedial. Por ello, cualquier publicidad que apunte a venderte y tocar tus emociones resulta exitosa. Así, tu cerebro determina lo que siente y le parece valioso en la misma región que, además, forma parte de la toma de decisiones, lo cual dificulta hacer juicios imparciales frente a ofertas y abre el camino a compras impulsivas.
¿Cómo protegerte de ti misma?
¡Dándote tiempo para ‘digerir’ la información, diluir tus sentimientos y juzgar con claridad! Por ello, la próxima vez que te sientas tentada a pasar la tarjeta de crédito por un artículo que te encantó, construye una barrera entre tu emoción y tu compra. Aquí las ocho claves para lograrlo: 1. No se trata de un pasatiempo. La costumbre de ir de paseo a los centros comerciales para ver lo que hay en ellos es un error fatal, sólo deberías ir a las tiendas si necesitas algo específico, jamás a ver qué ofrecen las rebajas. Corta con el vínculo que tu mente ha hecho entre compras y diversión, eso se llama consumismo. 2. ¿Compras online? Evita que los datos de tu tarjeta se queden guardados en tu computadora. Los sitios que te ofrecen “facilitar tus compras con un clic” intentan acortar tu tiempo de decisión. Haz lo mismo con cualquier método de pago virtual, así tendrás unos minutos extra para pensar dos veces. 3. Apégate a una regla que jamás falla: si no habías pensado en un artículo antes de verlo, no lo necesitas. Te puede encantar y quizá parezca una gran adquisición, sobre todo si está en descuento, pero si no había cruzado por tu cabeza hasta que lo tuviste enfrente, es un deseo impulsado por tus emociones, el gusto pasará... 4. No instales aplicaciones para hacer window shopping virtual Es decir, ver todo lo que tienen las tiendas en línea y guardar en el carrito de compras tus favoritos ¡por si acaso! Está comprobado que entre más observas un objeto, más placer obtienes al adquirirlo, y al final, caerás en la trampa.
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7. Pon especial atención a tus signos vitales. Si tu respiración se agita y tu corazón se acelera, pensarías que es la emoción de encontrarte frente a un objeto genial, pero casi siempre se trata de ansiedad, cortesía de esa misma zona del cerebro que no distingue entre valores y emociones. ¡Respira profundo! 8. Reconoce el verdadero beneficio de tu compra.
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El arte de comprar con inteligencia
De acuerdo con la prestigiosa psicóloga en consumo Kit Yarrow, quienes adquieren muchos artículos de baja calidad en lugar de un par de buena calidad, se sienten menos satisfechos con sus compras y, por lo tanto quieren, más. Lo mismo pasa con quienes reservan sus posesiones valiosas para ocasiones especiales en lugar de usarlas con regularidad. Entre más calidad y más uso, menos antojos, por eso invierte tu dinero donde lo utilices y lo veas más.