Saber perdonar implica también un proceso de autoconocimiento
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“Perdonar no es sinónimo de olvidar, el hecho de perdonar implica primero tener la capacidad de reconocer que uno mismo es un ser humano con defectos y virtudes. Dentro de los defectos, está el hecho de equivocarnos y cometer actos que pueden ir en contra de los sentimientos o deseos de otras personas”, opina la psicoterapeuta Luisa Lemus.
Entonces, ¿cómo podemos aprender a perdonar cuando alguien nos ha herido?
De acuerdo con la especialista, cuando empiezas a reconocerte como un ser humano con defectos eres capaz de aceptar que los demás pueden actuar sin dolo, y a partir de ahí puedes intentar perdonar.
La primera parte es tratar de entender las circunstancias en las cuales se dieron los hechos que nos lastimaron, es decir, ponerse en el lugar del otro. Por ejemplo, si una mamá no pudo darles a sus hijos la atención que merecían quizá fue porque sus padres tampoco fueron amorosos con ella.
Cuando no hay un perdón los sentimientos son muy vívidos y al momento de mencionar el tema aún te enojas mucho, da rabia o buscas pretextos para reclamar. En cambio, cuando puedes entender lo que pasó la sensación es menos irritante.
Además, el hecho de no perdonar implica hacerte daño constantemente, va más allá del pleito o del enojo con el otro. “Hay algunos estudios de la medicina tradicional china que dicen que todos tenemos probabilidades de desarrollar cierto tipo de enfermedades. En el caso del cáncer ellos han encontrado que está relacionado con el enojo contenido”, afirma Luisa.
Sin embargo, se vale aceptar que también hay momentos en los cuales no podemos perdonar tan fácilmente, por ejemplo, una infidelidad, el maltrato físico y psicológico por parte de un familiar o la pareja, la falta de reconocimiento de las cualidades por parte de alguno de los padres, entre otras cosas.
Formas para manejar el perdón
Luisa comenta que primero se trabajan técnicas de sensibilización para que la gente aprenda a abrirse y expresar lo que siente.
Luego se aborda el reconocimiento del sentimiento de enojo o de rencor, y después se trabaja sobre la situación que lo provocó para entender que ya no se puede cambiar.
Por último, toca averiguar porqué fue así, y finalmente llegar a la aceptación.
Técnica de la silla vacía
El paciente imagina que la persona a quien le guarda rencor está en esa silla, por lo que se dirige a ella para poder expresar las cosas que no le ha podido decir y experimentar lo que podría pasar y sentir en la vida real.
Después, el especialista lo ayuda a reflexionar sobre lo que le aqueja, a determinar cuáles fueron las circunstancias en que ocurrieron las cosas, y a entender si el paciente también tuvo participación en el hecho a perdonar.
Cualquiera de estas u otras técnicas, dice Luisa, podría ayudar en el proceso de autoconocimiento para personas que sienten que no han podido resolver o perdonar ciertas situaciones.
Luisa Lemus
Pscioterapeuta de familia y pareja
luisa_iskalti@hotmail.com