La búsqueda de la felicidad desde el punto de vista de un maestro de budismo tibetano
La búsqueda de la felicidad es un tema que nos ocupa a todos, una meta que deseamos y que resulta bastante escurridiza pues, cuando casi parece que podemos asirla, se nos escapa entre los dedos... La causa es siempre la misma, basamos nuestra felicidad en diferentes condiciones o circunstancias que irremediablemente cambian en algún momento.
Para tratar de solucionar el enigma de cómo encontrar una felicidad duradera, conversamos con Lama Ole Nydahl, un maestro de budismo tibetano que ha pasado más de cuarenta años viajando por el mundo para impartir sus conocimientos y cuyo trabajo ha ayudado a muchísimas personas. ¿Algo que pudiera parecer raro? Ole Nydahl no es un monje que vive retirado de la sociedad, sino un hombre con una personalidad energética que disfruta lanzándose en paracaídas y manejando una motocicleta a alta velocidad. Este es, definitivamente, un maestro que se presenta rompiendo conceptos y esquemas.
¿Cómo le explicaría el budismo a alguien que no se encuentra familiarizado con este término?
Ante todo diría que no es una religión. Desde tiempos inmemorables, la mente es como un ojo, que puede ver todo en el exterior pero no puede verse a sí misma. Cuando nos miramos en un espejo y el ojo se ve a sí mismo, descubrimos algo que siempre habíamos tenido, pero que nunca antes habíamos podido encontrar.
Buda no es una cuestión de fe; no es un dios, es un amigo. El descubrió cómo funciona la ley de causa y efecto, cómo podemos desarrollar una vida interior más plena y cómo podemos mantener una visión o postura desde donde todo es más valioso y fascinante. En su tiempo, Buda tuvo estudiantes muy inteligentes e impartió sus conocimientos durante 45 años. El dejó diferentes enseñanzas que muestran cómo funcionan las cosas y cómo podemos obtener la felicidad que deseamos y deshacernos de los problemas que no queremos. Buda es alguien que fue capaz de remover los velos de su mente, las mezclas de sentimientos perturbadores y las ideas rígidas.
Maestro budista, Lama Ole Nydahl. Foto: Cortesía DWB
¿Qué se debe hacer para comenzar a meditar?
Primero uno debe saber que ni Buda ni nadie pueden darnos nada desde el exterior. Nuestra mente ya tiene todas las cualidades en su esencia. O sea, nosotros ya poseemos todo, lo que tenemos que lograr es encontrar nuestro centro.
Hay diferentes tipos de meditaciones. Algunas prestan atención a la respiración hasta que se alcanza paz mental, hay otras que se enfocan en diferentes formas de energía y luz, y también hay ciertas técnicas de respiración que son bastante fuertes. En nuestros centros de Budismo del Camino del Diamante hay meditaciones especiales que son muy efectivas... Lo más importante es que debemos saber que tenemos magníficas cualidades que constituyen nuestra verdadera esencia y debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por reconocerlas.
Si una persona no está interesada en la meditación, ¿qué otra técnica puede seguir para mejorar su vida o sentirse más feliz?
Puede repetir mantras... Los mantras son muy buenos, son una especie de sonido interior protector que trabaja por debajo de nuestros pensamientos y emociones. Si uno se siente perturbado, puede repetir “om mani peme hung, om mani peme hung...” Esto actúa como un aceite por el cual los sentimientos que nos molestan resbalan hasta que desaparecen. Este mantra que mencioné es el más conocido y usado en todo el mundo. Cada una de sus sílabas trabaja para eliminar uno de estos sentimientos: orgullo, celos, apego, ignorancia, avaricia e ira. Cada vez que lo repites, es como si limpiaras el espejo de tu mente.
¿Cómo la meditación puede ayudarnos a manejar los sentimientos que nos perturban?
Lo más importante de la meditación es que nos permite tomar distancia, nos ofrece la capacidad de elegir qué queremos hacer con nuestra mente. Cuando tomamos cierta distancia de nuestras emociones, podemos “ver” nuestros pensamientos, y entonces somos capaces de crecer y madurar... Podemos decidir qué queremos sentir y hacer con nuestra mente, y qué no queremos tener en ella. Es algo muy útil.
Háblenos sobre el rol femenino en el budismo
La gente frecuentemente se sorprende cuando visitan exhibiciones budistas y ven las imágenes de los budas masculinos y femeninos en unión... En el budismo lo femenino es una mitad, lo masculino otra mitad; y juntos, componen un total. En el nivel de las emociones y la vida interior, la mujer representa intuición y el hombre actividad. En el más alto nivel, la mujer es como el espacio que lo regala todo y el hombre es quien saca gozosamente las posibilidades de ese espacio; cuando ambos están juntos alcanzan su máxima expresión. Para el budismo, el hombre y la mujer poseen la misma naturaleza; sólo que la mujer tiene que trabajar más para controlar los sentimientos de apego y el hombre los de ira.
¿Cómo describiría el budismo en cinco palabras o menos?
Teachings on how things are
Nos responde con cinco precisas palabras en inglés, las cuales podríamos traducir en algo tan sencillo como “enseñanzas sobre cómo son las cosas”. Y es que los temas que hasta ahora nos habían parecido complicado conceptos, con la palabra fácil de este maestro se convierten en las recomendaciones que nos daría un amigo para que aprendamos a vivir mejor.
¿Cuál es el más valioso regalo que el budismo puede ofrecer a la sociedad occidental?
Ausencia de miedo, alegría espontánea y compasión.
Para finalizar, ¿qué consejo le daría a una mujer para mantenerse siempre bella?
Que sea feliz. Nada se compara con la felicidad, es la mayor belleza. Elige siempre decir algo agradable y positivo a otros, piensa siempre cómo puedes ayudar a los demás... Así te mantendrás hermosa.
Para más información visita: www.lama-ole-nydahl.org