Los celos son algo normal, pero pueden convertirse en un conflicto que afecte seriamente a la pareja
Éste es un sentimiento normal dentro de la convivencia humana, se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder a la pareja. Es una respuesta emocional que aparece cuando percibimos una amenaza hacia algo o alguien que consideramos propio; surge como un mecanismo de alerta y defensa para proteger nuestra relación de actuales o posibles intromisiones.
Los celos son inevitables cuando queremos o amamos a alguien, son producto de la evolución y se generan en el cerebro. Y aunque parezca increíble, juegan un papel importante en una relación; al sentirlos nos damos cuenta de que hay un vínculo con la persona a la cual celamos. Este, como te imaginarás, es el aspecto sano de los celos.
Cómo afectan
Si bien, como vemos, los celos son algo normal pueden convertirse en un conflicto. De acuerdo con la última encuesta a nivel nacional de Consulta Mitofksy, una tercera parte de los mexicanos declara haber tenido algún problema con su pareja debido a esta causa, siendo las más frecuentes las peleas y discusiones.
Disfuncionales o enfermizos
No todos los celos recurrentes son patológicos. Hablamos de disfuncionales cuando son excesivamente frecuentes, intensos, duraderos y surgen de manera arbitraria, sin ninguna causa que los motive. Estos suelen generarse por experiencias desagradables con parejas anteriores, ideas distorsionadas sobre el amor o las relaciones, personalidad, baja autoestima, miedos, desconfianza, entre muchas causas. Pero también existen los patológicos; la psiquiatría los define como un trastorno delirante de tipo celotípico. Quienes lo padecen viven convencidos de que su pareja les es infiel (una ilusión en la mayoría de los casos) y sufren de ansiedad y depresión, por lo que sienten la imperiosa necesidad de espiar a su pareja, incluso, en ocasiones recurren a la terrible violencia.
El manejo
Habla con tu novio o esposo con respecto a lo que te molesta en lugar de hacer una desagradable escena de celos que implique gritos y ofensas. Analiza y detecta cuáles son los pensamientos que los generan y notarás que en muchas ocasiones esos sentimientos de inseguridad no tienen una base real para que te sientas así. Ya lo sabes ahora, cuando sientas desconfianza respira y prepárate para platicar con calma.
Para leer te recomendamos:
Te celo por que te quiero, de Juan Álvarez-Gatoy y Paulina Millán. Editorial Grijalbo
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