Pasar por un padecimiento como el cáncer de mama trae consigo alteraciones a las condiciones naturales de la piel.
De ahí la importancia de prestarle especial atención y evitar así las molestias que puedan presentarse como consecuencia de las terapias para combatir el cáncer.
Mantenerse dentro de un programa de tratamiento contra el cáncer de mama puede significar importantes avances en el objetivo de recuperar la salud, pero también supone ciertas daños que van más allá de una incomodidad y que pueden causar importantes estragos, tal y como ocurre con la piel de todo el cuerpo posterior a la aplicación de las radiaciones. La dermatitis por radiación es uno de los efectos negativos que se pueden presentar y se caracteriza por hacer que la piel se torne irritada, con descamaciones, comezón y en algunos casos también tiende a infectarse.
Cáncer de mama: los cuidados de la piel
La dermatóloga Nelly Espinoza, vocera de la firma Cetaphil, explica que hay sencillas medidas que te ayudarán a darle a tu piel el cuidado que necesita en esta etapa en la que tu salud es lo más importante Y ahora, más que nunca, necesitas sentirte cómoda y segura son factores que te ayudarán a llevar por buen camino tu adaptación al tratamiento. La especialista recomienda bañarte con agua tibia, ya que los extremos frío o muy caliente, dañan la barrera lipídica dejando tu piel vulnerable, “también es importante que la ducha sea de corta duración y que uses un dermolimpiador que equilibre el pH de la piel”, y agrega que el uso de una crema humectante será un regalo para la dermis, ya que la protegerá a lo largo del día y le ayudará a crear una barrera de humectación.
Este paso es esencial, ya que la piel seca es la que más está expuesta a sufrir de infecciones debido a la irritación que llega a padecer, por eso el que uses una crema de larga duración te mantendrá protegida. Un tip de la especialista es que la apliques de inmediato al salir de la ducha, cuando tu piel aún está húmeda, para formar una capa protectora.
Protector solar, tu básico
Aunque una de las medidas a tomar cuando te encuentras en un tratamiento de radioterapia es no exponerte al sol, no debes olvidar que aun cuando estés dentro de casa o en áreas sombradas, el protector es parte de tu rutina diaria, y es que la luz azul de los dispositivos móviles puede ser, incluso, más dañina que los rayos del sol. Asegúrate de usar uno que tenga un factor de protección solar (FPS) de al menos 40; si optas por maquillarte puedes usar productos como bases que ya lo contienen, sin embargo, recuerda que no sustituye el uso de este como un básico. Ahora bien, la piel de los labios es una de las más delicadas y que pocas veces llevamos la atención a ellos, así que es momento de cuidarlos con un bálsamo humectante y labiales cremosos, por ahora evita aquellos de larga duración ya que suelen ser secos y lo que ahora necesitas es darles un toque de extra de suavidad. Ahora que ya sabes cómo cuidar tu piel y mantenerla saludable, haz de estos hábitos parte de tu estilo de vida porque ayudarán a sentirte cómoda y segura.