Según el informe del Banco de Desarrollo de América Latina, desde hace varias décadas nuestra región padece de una baja tasa de alfabetización financiera. Esta situación se agrava aún más al no existir políticas públicas sólidas que fomenten desde la infancia una educación financiera equilibrada. La buena noticia es que los padres de familia podemos hacer mucho para condicionar a nuestros hijos hacia el éxito en este rubro. Te presentamos ocho sencillas estrategias que harán de esta materia toda una aventura.
¿Finanzas para pequeños?
1 Implementa un sistema de cupones
Premia a tu hijo con un cupón intercambiable por una determinada cantidad o incluso una acción cada vez que cumpla con sus tareas escolares y responsabilidades en el hogar. Esto le enseñará que hay que trabajar por las recompensas y que éstas no sólo suceden porque sí.
2 Hazlos parte de las (pequeñas) decisiones financieras familiares
Cuando vayan al mercado déjale decidir qué artículo llevar entre dos o más opciones. Háblale de las diferencias en el precio y las ventajas de cada producto (ejemplo: que decida entre dos variedades de pan o dos marcas de leche). Si tu hijo es un poco mayor pide su decisión respecto a compras más complejas: adónde ir de vacaciones o qué operador de cable contratar. En cualquiera de los dos escenarios, recalca el análisis costo-beneficio.
3 No escondas las conversaciones financieras
Los adultos tenemos la mala costumbre de suponer que los niños son incapaces de entender temas complejos. Por esta razón, cuando toca discutir el pago de las facturas y los posibles contratiempos, lo hacemos ‘a escondidas’, y si llegaran a atraparnos en plena conversación difícil, o peor aún, a hacernos preguntas, cambiamos el tema. Resiste este impulso. Esta actitud sólo le enseña a tus hijos que los temas financieros son incómodos y ‘cosa de mayores’, dos creencias que no le ayudarán a tener una buena relación con sus ingresos.
4 Cambia tus creencias alrededor del dinero
Antes de enseñarle a tus hijos a valorar el dinero analiza qué tipo de relación tienes con éste. ¿Lo ves como una fuente de dolores de cabeza e incesantes angustias o más bien eres una persona neutral? Intenta adoptar una mentalidad positiva alrededor de tus ganancias. Recuerda que los niños imitan tu actitud: si la llegada de la quincena te estresa y pone de malas, ellos comenzarán a ver al dinero como algo problemático. ¡Predica con el ejemplo!
5 Hazles ver la ventaja de ahorrar
Aunque todos los padres deseamos que a nuestros hijos no les falte nada, a veces es fácil caer en los extremos y facilitarles todo lo que desean. Esto hace que los niños no valoren el esfuerzo detrás de la adquisición de un bien. Evita este escenario invitando a tus hijos a crear un proyecto de ahorro ‘grande’. Quizá necesiten una nueva computadora, o quieran adquirir el nuevo iPhone. Incentívalos a construir un plan de ahorro para alcanzar éstas y otras metas. Puedes crear un acuerdo con ellos en el cual, al ahorrar X cantidad, tú les otorgarás un pequeño ‘bono’ de rentabilidad.
6 Crea una tienda en casa
Otra manera de hacerlos ahorrar. Esta idea funciona muy bien con niños en edad de preescolar. Adapta una esquina de tu cocina con productos que puedan interesarles: snacks saludables, dulces o bebidas. La idea es que cada que se les antoje algo lo compren, ya sea usando un sistema de cupones (como el descrito arriba) o con dinero de su mesada, tú decides.
7 Ábreles una cuenta bancaria y compra CETES
Además de abrirles la clásica cuenta de ahorros, donde el dinero sólo se acumula sin generar tipo de rendimiento alguno, ábreles también una cuenta CETES en Cetes Directo. Esto les permitirá poner su dinero a trabajar, sin riesgos y sin complicaciones burocráticas, y les enseñará a perderle el miedo a los instrumentos de inversión.
8 Inscríbelos a un curso de emprendeurismo
Desde hace un par de años, las escuelas de emprendeurismo para niños han comenzado a surgir.Su promesa es simple: le enseñan a tu hijo a usar su creatividad para fundar y sostener una pequeña empresa. Aunque estas ‘formaciones’ no garantizan que tu retoño se convierta en el próximo Carlos Slim, es una manera entretenida de llenar sus ratos libres.