Suele pasar desapercibida, pues los niños la expresan de distintas maneras. No obstante, reconocerla a tiempo evitará que su autoestima y rendimiento escolar se deterioren.
● Sudar en exceso y morderse las uñas son los principales signos, pero hay otros que disfrazan un episodio de ansiedad como lavarse las manos con frecuencia. ● ¿Has notado cambios en su alimentación? De acuerdo con un artículo publicado por la American Academy of Pediatrics, que eviten comer sus alimentos predilectos es una señal de alerta. ● Más allá de un capricho, el que tu hijo quiera dormir contigo revela miedo y preocupación, los cuales se reflejan en la incapacidad de conciliar el sueño. ● Cuando los peques están intranquilos, tienen regresiones, y ello provoca reacciones como hacerse pipí en la cama. Si ocurre, es importante brindarles soporte emocional y no criticarlos ni regañarlos. ● ¿Se cansan todo el tiempo o están irritables? Además de procurar actividades relajantes con ellos para bajar su nivel de estrés, es fundamental que pidas apoyo psicológico. Con la guía de un experto superarán sus inseguridades.