El amarillo es el color del intelecto. Según diversas investigaciones, incentiva la parte izquierda (o lógica) del cerebro y estimula las facultades mentales, creando agilidad del pensamiento y agudizando nuestra percepción. Para los creyentes de la santería, religión de origen africano, el amarillo es el viso de San Francisco de Asís, conocido como el santo Orula, quien tiene el poder de hacernos más sabios y es capaz de cambiar nuestro destino.