La serie de Netflix The Crown ha impresionado al público desde su estreno en 2016, generando debates sobre su impacto en la imagen pública de la realeza británica. A lo largo de las temporadas, que finalmente concluyeron en diciembre pasado, se ha debatido sobre qué era verídico y qué no, así como las reacciones de los Windsor ante sus representaciones dramatizadas.
Algunos expertos consideran que la serie ha contribuido a humanizar a la Familia Real Británica, mientras que otros opinan que ha exagerado sus defectos y ha dañado su reputación.
Los jóvenes creen que The Crown es auténtica
Aunque Netflix especifica en su argumento que The Crown es ficción, en una especie de “imaginación sobre lo que pudo haber ocurrido a puertas cerradas”, se ha demostrado que los más jóvenes consideran la historia como auténtica y casi documental.
Una encuesta de YouGov en 2022 mostró que los jóvenes de 18 a 24 años eran más propensos a creer lo que veían en la serie que las personas mayores de 65 años.
Ante esto, Pauline Maclaran, profesora del Centro para el Estudio de la Monarquía Moderna en Royal Holloway de la Universidad de Londres, dijo a la BBC que la popularidad de la familia real es menor en esta generación, pero también la serie podría generar simpatía con varios de los miembros, como la difunta Isabel II, Lady Di, el príncipe William, el príncipe Harry y hasta Kate Middleton.
Esta opinión no es nueva, pues la monarquía de Inglaterra tuvo un beneficio de otra producción que, curiosamente, fue producida también por Morgan: The Queen.
Allí, se mostró a una reina Isabel II que tuvo que adaptarse a “los nuevos tiempos”, humanizando de alguna manera a los Windsor en el siglo XXI.
The Crown: realidad vs ficción
Sobre si la imagen de la Familia Real Británica fue limpiada o no, es difícil responderlo, pues las primeras 3 temporadas de The Crown relatan en gran medida las dificultades de la monarquía de Isabel II, mientras que las 3 restantes, la historia entre la princesa Diana y el entonces príncipe Carlos se roba el show por completo.
Un análisis reciente de The Conversation también toma estos puntos importantes a considerar, siendo las emociones, defectos y problemas las que “humanizaron” a los royals, además de “su importancia como institución en la vida social y política”.
Aun así, algunos miembros de la realeza, periodistas británicos y hasta políticos han expresado su desagrado con la serie, argumentando que es inexacta y ofensiva.