El pasado 28 de octubre, la noticia de la muerte de Matthew Perry tomaba por sorpresa al medio del espectáculo. El actor de 54 años, quien públicamente había expresado su lucha contra la depresión y las adicciones, fue hallado sin vida en el jacuzzi de su casa y hoy, por fin, se sabe que la culpa fue una sobredosis accidental de ketamina.
Este viernes, el departamento médico forense del condado de Los Ángeles compartió su dictamen final, explicando que el actor murió al exceder la dosis recomendada de un analgésico, un error considerado “accidental”, pero que le costó la vida al intérprete.
La causa de la muerte de Matthew Perry es por efectos agudos de ketamina
El 28 de octubre, después de una llamada de emergencia al servicio 911, un equipo de socorristas entró a la casa del actor en Los Ángeles, y lo encontró inconsciente dentro de su jacuzzi. Sus esfuerzos por reanimarlo fueron en vano y declararon, ahí mismo, su muerte.
Ahora se sabe lo que le ocurrió al actor estadounidense, pues según los análisis realizados por el equipo forense, en la sangre de Perry habían “altos niveles” de ketamina. Se considera que este fármaco había causado una sobreestimulación cardiovascular, así como problemas para respirar.
¿Qué es la ketamina? Es como se le conoce al clorhidrato de ketamina, un medicamento con propiedades sedantes, analgésicas y sobre todo, anestésicas, el cual sirve para tranquilizar a seres humanos y, también, animales. Según la Revista de la Sociedad Española del Dolor, “La ketamina es un fármaco anestésico clásico escasamente utilizado en la actualidad para inducir o mantener anestesia, pero con una creciente indicación como analgésico para el tratamiento del dolor agudo y crónico”.
¿Qué le pasó a Matthew Perry?
Aunque el equipo forense pudo determinar el ingrediente activo que detonó la tragedia, no pudieron definir de qué manera Mathhew Perry consumió la ketamina que acabaría con su vida. Pues además de las altas concentraciones encontradas en la sangre, también encontraron rastros en su estómago.
Si bien, los doctores pueden recetar el consumo de ketamina como anestésico, así como para, puntualmente, tratar depresión y estrés postraumático. También se sabe que puede tener un consumo recreativo, por su capacidad de aliviar las tensiones.
El informe presentado por el departamento forense afirma que Perry habría recibido infusiones de ketamina para tratar la depresión y la ansiedad. Según la investigación realizada: “su último tratamiento había sido una semana y media antes de su muerte, y la ketamina en su sistema al fallecer no podría ser de esa infusión, debido a que la ketamina permanece de 3 a 4 horas”.
Otros factores que contribuyeron al trágico final del actor son: “el ahogamiento, la enfermedad arterial coronaria y los efectos de la buprenorfina (utilizada en algunos casos para tratar dolor crónico)”, según se detalla en el dictamen final recientemente revelado.
Ante la prematura y sorpresiva muerte del actor, la sospecha de una recaída flotaba en el aire. Y es que el Perry siempre hablo con franqueza sobre su lucha contra la adicción a drogas. Sin embargo, la duda se ha despejado, el informe toxicológico de Perry no encontró rastros de alcohol, metanfetamina, cocaína, heroína, PCP ni fentanilo.
Las dos caras de Matthew Perry
Aunque fue un popular galán en la década de los 90, que protagonizó diversas comedias de corte romántico, el papel que inmortalizó a Matthew Perry fue el de un joven con icónicas frases irónicas: Chandler Bing en “Friends”, personaje al que dio vida del 1994 a 2004.
La serie contó con cameos de actores de primer nivel, como Julia Roberts (con quien Perry protagonizó un romance fugaz), Bruce Willis, George Clooney, Jean-Claude Van Damme, Brad Pitt, Brooke Shields, Winona Ryder, Robin Williams... entre una larga lista de intérpretes. Durante las 10 temporadas de la serie, seguimos las aventuras de Rachel, Ross, Joey, Phoebey, Mónica y, por supuesto, Chandler.
Interpretados por Jennifer Aniston, David Schwimmer, Matt LeBlanc, Lisa Kudrow y Courteney Cox, junto a Matthew Perry, los jóvenes compartían situaciones cómicas, enredos amorosos y hasta conflictos laborales, siempre con un tono de comedia ligera.
Pero, mientras en la pantalla los actores daban su mejor cara, detrás de ella, Matthew lidiaba con un problema complejo, la adicción a distintos tipos de drogas, las cuales le dejarían graves problemas de salud.
El último adiós
El año pasado, Matthew Perry publicó su autobiografía: “Amigos, amantes y aquello tan terrible”, donde pudo relatar cómo se adentró en las drogas, qué lo hizo decidirse a luchar contra sus vicios y las incontables ocasiones que pasó en las clínicas de rehabilitación.
Con su peculiar manera de expresar las cosas, Perry relata en su libro: “Llevo casi sobrio desde 2001... salvo por unos sesenta o setenta pequeños percances a lo largo de los años”. Y, ahí mismo, Perry comentó algo que ahora cobra sentido, el actor explicó que hubo periodos en los que se administró infusiones de ketamina a diario.
“Tomar K es como ser golpeado en la cabeza con una pala gigante feliz. Pero la resaca era dura y superaba el palazo”, describió el intérprete. El intérprete sabía perfectamente que esta droga se administraba para aliviar el dolor y controlar la depresión, por lo que: “bien podrían haberla llamado ‘Matty'", dijo.
La ketamina se sentía como una exhalación gigante.
De acuerdo con los testimonios que recabaron los oficiales a cargo de la investigación de su muerte, Perry había permanecido sobrio durante los últimos 19 meses, sin embargo, los hábitos autodestructivos prevalecían, pues el artista fumaba dos paquetes de cigarros por día, y tenía un historial médico de enfermedad pulmonar obstructivacrónica y enfisema.
Descanse en paz, Mathhew Perry.