El adiós de Donatella y el futuro de Versace
Después de 28 años como directora creativa de Versace, Donatella Versace ha decidido dejar su cargo. Muchos consideran que este es el fin de una era, y quizá tengan razón. Su sucesor es Darío Vitale, director de diseño de Miu Miu, lo que alimenta los rumores de que el Grupo Prada ya ha concretado la compra de la icónica marca de la medusa.
El hermano menos conocido
Desde el asesinato de Gianni Versace en 1997, Donatella tomó las riendas de la firma con el apoyo de su hermano mayor, Santo. Tras la muerte de Gianni, Santo recibió el 30% de las acciones, Donatella el 20% y el 50% quedó en manos de Allegra, hija de Donatella. Mientras que las mujeres de la familia siempre han estado en el ojo público, Santo ha permanecido en la sombra, aunque ha sido una pieza clave en el imperio Versace.
Recientemente, Santo cumplió 80 años y en una entrevista con Il Corriere della Sera recordó su infancia junto a Gianni: “Fui el primogénito, por un tiempo estuvimos solos Gianni y yo. Luego nació Donatella: nuestros padres la llamaron así porque era un regalo. Dos años antes había muerto nuestra hermanita Tinuccia. Mi madre rezaba y lloraba todos los días: hasta que llegó Donatella...”.
De la contabilidad al mundo de la moda
Desde niño, Santo entendió el valor del trabajo. A los 6 años ayudaba a su padre a palear carbón, mientras que Gianni prefería estar en la sastrería de su madre, donde las costureras lo llamaban “Giannino” y “Giannuzzo”.
Si bien Santo siempre se mantuvo en un segundo plano, fue la mente financiera detrás de la marca. Supervisó la expansión de la firma, la apertura de tiendas en todo el mundo y los contratos con las supermodelos. Además, controlaba las inversiones de Gianni, quien tenía una gran pasión por adquirir mansiones y obras de arte de grandes maestros como Picasso.
Un hombre de fe
Santo no solo administraba las finanzas de la familia, también protegía a su hermano. Gianni solía enamorarse de quienes no le convenían, y en más de una ocasión Santo tuvo que cambiar las cerraduras de sus propiedades para evitar encuentros incómodos con exparejas. También ayudó a amigos cercanos como Naomi Campbell, quien en varias ocasiones lo llamaba llorando tras discutir con Joaquín Cortés.
En lo personal, Santo se casó en 1981 con Christiana Ragazzi, con quien tuvo dos hijos, Francesca Christiana y Antonio Tina. Se divorció en 2004 y una década después volvió a casarse con la abogada Francesca de Stefano. En 2023, renovaron sus votos en una ceremonia religiosa. Sobre su esposa, Santo declaró: “Ya no creía en los sentimientos, después de conocerla le escribí: ‘Estoy devolviendo la palabra amor al vocabulario’. Ella curó mis heridas y me devolvió la fe. Por la noche leemos el Evangelio del día siguiente y rezamos por las almas del Purgatorio. Los sábados por la tarde en la iglesia primero rezamos el Rosario, luego nos confesamos y participamos en la Santa Misa”.
Su legado y labor social
A lo largo de su vida, Santo ha sido presidente de la Cámara de la Moda Italiana y diputado en la República Italiana. Desde 2021, dedica su tiempo a la Fundación Santo Versace, que brinda apoyo a personas en situación de vulnerabilidad y desigualdad social. Aunque ha vivido a la sombra de sus hermanos, su papel en la familia y en la moda ha sido fundamental. Ahora, lejos del glamur y los reflectores, Santo encuentra paz en su fe y en su labor humanitaria.
