Periodistas especializados y quienes la conocieron, coinciden en que Françoise Hardy tenía un estilo muy relajado y belleza natural, por eso se convirtió en una de las figuras más representativas en Francia y el mundo, durante los años 60 y 70.
Saltó a la fama como cantante gracias a su melodiosa voz interpretando Tous les garçons et les filles en 1962 y a partir de ahí robó más de un famoso corazón. Para Mick Jagger era “la mujer ideal”, Eric Clapton estaba maravillado con ella, Bob Dylan le escribió un poema que apareció en la contraportada de su disco Another Side of Bob Dylan y David Bowie confirmó que estaba “desesperadamente enamorado de ella”.
Pero fue Paco Rabanne, el diseñador disruptivo por excelencia, quien la convirtió en su musa. A pesar de haber vestido a grandes figuras de la época como Brigitte Bardot y hasta Audrey Hepburn, se inclinó por Françoise Hardy para realizar una de sus piezas emblemáticas: “El vestido a la Hardy”.
Este icónico vestido estaba hecho con placas de oro y diamantes engastados, lo que le dio el título de la prenda más cara del mundo y para Paco Rabanne, Hardy era la representación física de esta pieza.
Françoise Hardy reveló en The Despair of Monkeys and Other Trifles, su gusto por la grafología, astrología y la física cuántica. Estudió Literatura y se definía como introvertida y hogareña. Sus canciones siempre tuvieron aires melancólicos y tristes pero hoy siguen siendo fuente de inspiración.
Originalmente publicada el 03/02/2023.
