Estefanía de Mónaco es una de las personalidades que, en su momento, fue considerada igual de glamurosa y mediática que su hermana, debido a su actitud y carácter fuerte, lo que la llevó a ser cantante, modelo y hasta diseñadora. ¿Pero qué fue de aquella princesa rebelde que se alejó de la fama y del ojo público? Hoy te lo contamos.
Por si no lo recordabas, Estefanía es la más pequeña de los hijos de Raniero III y Grace Kelly y en su juventud fue una de las royals del principado monegasco más polémicas, entre otras cosas, por sus amores, como el piloto Paul Belmondo o Anthony Delon. Así como sus guardaespaldas Daniel Ducruet y Jean Raymond Gottlieb, con los que tendría hijos.
Estefanía de Mónaco, la princesa rebelde y cantante
Sin embargo, la hermana de Carolina de Mónaco no solo es reconocida por ser una mediática royal y su actitud que le valió el mote de princesa rebelde, sino que también en sus años de juventud se adentró en la industria de la música y la moda. De hecho, incursionó como cantante y parecía tener un futuro prometedor, pues lanzó dos discos.
Cantó el famoso tema de Ouragan y su versión en inglés, Irresistible, y grabó el álbum Besoin. Incluso, ella fue la voz femenina de la canción In the closet de Michael Jackson, del disco Dangerous. Sin embargo, esto se mantuvo en secreto por un buen tiempo.
También, en 1991 la princesa se presentó en México, en el Festival Acapulco, en donde Luis Miguel le entregó un reconocimiento por su participación. Durante su visita en nuestro país, los medios comenzaron a decir que Estefanía de Mónaco tenía una relación con el sol de México.
Además, fue diseñadora y tuvo una colección de bañadores. Trabajó también como modelo y lanzó su propio perfume, sin contar que llegó a protagonizar varias portadas de famosas revistas de moda.
Así es la vida de Estefanía de Mónaco
No obstante, Estefanía, que fue muy reconocida entre la generación de jóvenes royals de los años 80 y 90, se alejó de la vida pública y el foco mediático, y se centró en apoyar a quienes lo necesitan. Por lo que no suele aparecer en tantos eventos y pocas veces concede entrevistas.
En 2013 creó una asociación para ayudar a mujeres enfermas de sida y cambió su estilo, vistiendo jeans vaqueros, camisas flojas y luciendo tatuajes y piercings.
Por último, en 2015 expresó a la revista Vanity Fair que nunca se adaptó al ‘rol de princesa’ ni al ‘lado glamuroso de la monarquía', pues consideraba que eso no era para ella. Aunque sí reconoció que gracias a su posición puede ayudar a otros. “Lo único que hago es aprovechar mi notoriedad para cambiar las cosas, para ayudar”, recalcó.