Jackie Kennedy y Aristóteles Onassis formaron una de las parejas más controvertidas del siglo XX. La ex Primera Dama de Estados Unidos, conocida por su elegancia y discreción, sorprendió a muchos al casarse con el magnate griego en octubre de 1968. Este matrimonio fue objeto de numerosas críticas y controversias, y su unión reflejaba mucho más que una simple relación de pareja: mostraba los extremos a los que Jackie llegó para proteger a su familia y a sí misma, en medio de una vida pública compleja y llena de tragedia.
Cinco años después del asesinato de John F. Kennedy, y tras la muerte de su cuñado Bobby Kennedy, Jackie se sentía vulnerable y preocupada por la seguridad de sus hijos, Caroline y John Jr. En ese momento, Aristóteles Onassis, uno de los hombres más ricos del mundo, parecía ofrecerle una vida alejada del ojo público y una estabilidad económica que la familia Kennedy no podía proporcionarle.
Según The Guardian, la decisión de Jackie causó revuelo en Estados Unidos, donde Onassis no gozaba de buena reputación debido a su estilo de vida polémico y ciertas prácticas comerciales consideradas poco éticas.
Onassis, conocido por su relación con la famosa cantante de ópera Maria Callas, representaba el opuesto de los valores y la imagen de la familia Kennedy. Su figura no encajaba con el ideal de “Camelot” que muchos estadounidenses veían en Jackie, y la diferencia cultural y de valores entre ambos causó incomodidad en el público.
La elección de Jackie de casarse en una ceremonia ortodoxa griega y unirse a un hombre divorciado también fue criticada, especialmente en la comunidad católica, que veía este matrimonio como una transgresión de los valores tradicionales.
A pesar de la controversia, para Jackie, Onassis era alguien que podía ofrecerle protección. Tras la muerte de su esposo, ella vivió una serie de amenazas y situaciones de inseguridad que la llevaron a buscar un refugio en un entorno alejado de Estados Unidos.
La relación con Onassis le permitió mantener a sus hijos a salvo y evitar la vida pública que tantas tragedias había traído a su familia. Este matrimonio, sin embargo, no estuvo libre de problemas: a pesar del lujo y las comodidades que le ofrecía, la relación de Jackie y Onassis tuvo múltiples dificultades, en parte debido a la diferencia de personalidades y los compromisos previos de Onassis.
El matrimonio entre Jackie Kennedy y Aristóteles Onassis dejó una marca en la historia. Por un lado, se consideró una ruptura con el legado que había construido al lado de John F. Kennedy, pero también fue una decisión que reflejó la fuerza de una mujer que, en un momento de vulnerabilidad, eligió la seguridad para ella y sus hijos. Hoy, la historia de Jackie y Onassis sigue fascinando al público y recordándonos que, detrás de la fama y el glamour, había una mujer dispuesta a sacrificar su imagen para encontrar paz y estabilidad.