No una, no dos, sino cuatro esposas de Ernest Hemingway: por qué se le tachó de ‘mujeriego’ al autor

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“Si dos personas se aman mutuamente, no puede haber un final feliz": citando a Ernest Hemingway, parece que el escritor vivía bajo este mismo ideal, situación que lo llevó a morar en una polémica vida amorosa en la que tuvo cuatro esposas y algunas amantes. ¿Qué es lo que se sabe del romance de Hemingway con sus mujeres?

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¿Cuántas esposas tuvo Ernest Hemingway?

El escritor originario de Illinois se casó a los 22 años y desde entonces nunca le faltó compañía femenina hasta el día de su muerte. Tuvo en total cuatro esposas que fueron notables por méritos propios: Hadley Richardson, Pauline ‘Fife’ Pfeiffer, Martha Gellhorn y Mary Welsh.

Amar a este talentoso, complicado y errático hombre no fue tarea fácil, pero incluso estas mujeres formaron un vínculo especial y llegaron a contar su propia historia.

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Antes de casarse, Hemingway se enamoró con la enfermera Agnes von Kurowsky, según History Daily, quienes tenían planeado contraer matrimonio hasta que Agnes se casó con otro hombre. “Tras este rechazo, Ernest se prometió jamás permitir a una mujer hacerle esto, lo cual explica por qué se volvió un mujeriego con cuatro matrimonios”.

Hadley Richardson, primera esposa de Ernest Hemingway

Elizabeth Hadley Richardson nació en 1891 y era la menor de cinco hermanos. Fue una talentosa pianista que en su juventud cuidó de su madre enferma porque su papá cometió suicidio —mismo destino que tendría Ernest Hemingway.

Richardson y Hemingway se conocieron en una fiesta en Chicago en 1920 y fue química instantántea a pesar de que ella era ocho años mayor. Además se dice que Hadley se parecía a la enfermera y primer amor de Ernest —"sabía que ella era la niña con la que me iba a casar”, escribió el autor sobre este encuentro.

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Aunque amigos y familia de Hadley se oponían a su relación, en menos de un año anunciaron su compromiso y se casaron en septiembre de 1921 en Michigan. Tras una terrible luna de miel en la que enfermaron de gripa, decidieron mudarse a París y vivieron en un pequeño departamento con muy poco dinero.

Cuando supieron que esperaban a su primer hijo, se mudaron a Toronto —donde Hemingway trabajó para el Toronto Star. En diciembre de 1922 nació el pequeño John Hadley Nicanor Hemingway —apodado “Bumpey"— y a los pocos meses se mudaron de vuelta a la ciudad de las luces porque Hemingway consideró que Toronto era “aburrido”.

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Los problemas financieros perduraron y Ernest tomaba pequeños trabajos editoriales, hasta que el autor hizo un viaje a Pamplona y conoció a las adineradas hermanas Pfeiffer —entre ellas Pauline Pfeiffer, quien sería su segunda esposa. Este viaje inspiró la primera novela The Sun Also Rises, pero en ese paso surgieron los problemas maritales con Hadley.

Aunque Hadley, Hemingway y Pfeiffer formaron una “bonita amistad de tres”, Hadley no tardó en saber sobre s amorío. El matrimonio estuvo separado por 100 días, y después de este lapso decidieron divorciarse.

Sería un chiste de muy mal gusto para tout-le-monde que tú, Fife y yo pasáramos el verano juntos en Juan-les-Pins, escribió Richardson a Hemingway en la primavera de 1926 cuando él y Fife tenían un amorío.

Hadley y Ernest dirmaron el divorcio en 1927 —ella se quedó con las regalías de The Sun Also Rises— y ese mismo año Hemingway y Pauline Pfeiffer se casaron. Pasaron los años y Hadley se casó por segunda vez con el periodista y ganador de un Pulitzer Paul Mowrer; solamente se tomó con Hemingway dos veces después del divorcio y murió a los 87 años en Florida.

Pauline ‘Fife’ Pfeiffer, la segunda esposa y ex amante de Ernest Hemingway

A diferencia de Hadley Richardson, Pauline nació en una familia adinerada de Iowa en 1895 —su papá era agente de bienes raíces. Estudió en la Universidad de Missouri de Periodismo, comenzó en varios periódicos y después trabajó para Vanity Fair y Vogue. Gracias a este trabajo en Vogue París fue que conoció a Hemingway, y gracias a su ojo editorial le ayudó al autor en su obra The Sun Also Rises.

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Pauline fue la menos acogida por el público de las esposas de Hemingway, y hasta la llamaban devil in Dior y terrier determinado porque “separaron a la dulce y bien intencionada Hadley Richardson de Ernest Hemingway”. De hecho el propio escritor aclamó en su novela A Moveable Feast que Fife había “aniquilado” su relación con Richardson usando el arte de la seducción.

Al parecer no importaron las opiniones sobre Pfeiffer, pues fue esposa de Hemingway por 13 años. Gracias a su riqueza compró una casa en Florida, donde nacieron sus dos hijos a finales de los años veinte, Patrick y Gregory.

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Una década después, Hemingway solventó sus responsabilidades financieras y se convirtió en uno de los escritores más ricos del mundo. Después se repitió la historia: conoció a la ambiciosa periodista Martha Gellhorn y la hizo su amante.

Ernest y Martha se juntaron en un viaje a España en 1937, y para 1940 ya se había divorciado de Pfeiffer —y tan solo tres semanas después, se casó con Martha Gellhorn. El resto de la vida californiana de Pauline no fue más jubilosa: se dice que murió a los 56 años porque se sorprendió de sobre manera cuando su hijo Gregory le confesó que era drag y tuvo problemas de identidad desde siempre.

Martha Gellhorn, la tercera esposa y ex amante de Ernest Hemingway

Martha fue posiblemente la profesionista más destacada de las mujeres de Hemingway. Hija de un ginecólogo y una sufragista, nació en 1908 en San Luis y a pesar de no graduarse consolidó una impresionante carrera como corresponsal en el extranjero.

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Rubia, ingeniosa y aristócrata, tenía todo para conectar con el afamado autor, especialmente discutiendo sobre política y los interesantísimos viajes al extranjero. Con solo 16 días del divorcio de su segundo matrimonio, Hemingway se casó con Gellhorn y ese, según historiadores, fue un salto al precipicio para la joven periodista de guerra.

¿Eres una correspondiente de guerra o mi esposa en la cama?, le dijo Ernest Hemingway a Martha Gellhorn.

Había una gran turbulencia en la relación debido a la ausencia de Gellhorn por el trabajo, quien hacía coberturas en los conflictos bélicos más importantes del siglo XX. Hemingway le mandó una carta en 1943 con respecto a estas ausencias, ¿eres una correspondiente de guerra o mi esposa en la cama?

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Tras cuatro años de matrimonio y muchas discusiones y competencia, Hemingway y Gellhorn se divorciaron. Martha siguió con una prolífica —y personalmente difícil— vida de periodista, sin hijos (sólo adoptó uno años después), y antes del fin del matrimonio con Hemingway se encontró en la misma situación que sus antecesoras: el escritor había iniciado un romance con Mary Welsh.

Mary Welsh, la cuarta y última esposa de Ernest Hemingway

Mary Welsh, una mujer originaria de Minnesota e hija de un maderero, trabajó como periodista y mantuvo un perfil poco distinguido hasta que se casó con el escritor del momento.

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Welsh, dos veces divorciada, y Hemingway se unieron en matrimonio en 1946 en Cuba. A diferencia de Martha Gellhorn, la personalidad de Mary Welsh brillaba por entregarse a su esposo, “yo quería que él fuese el amo, que sea más fuerte y más inteligente que yo; recordar constantemente lo grande que él era y lo pequeña que yo fui”, uno de los escritos de Mary.

Yo quería que él fuese el amo, que sea más fuerte y más inteligente que yo; recordar constantemente lo grande que él era y lo pequeña que yo fui. Mary Welsh sobre Ernest Hemingway

El mismo año en que se casaron, Welsh sufrió un aborto espontáneo. Vivieron en Cuba por más de 10 años y durante ese tiempo Hemingway se enamoró de una joven mujer italiana, lo cual derivó en problemas con su matrimonio y decidieron mudarse a Ketchum, Idaho.

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Fue en esta ciudad que Ernest Hemingway vivió sus últimos días de vida, antes de cometer suicidio con una pistola. Mary Welsh enviudó y por años fue su ejecutora literaria; escribió una autobiografía, How It Was, y murió a los 78 en Nueva York tras perder la batalla con una enfermedad.

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