Monica Bellucci es la actriz italiana más importante del cine en Hollywood, siendo también una de las más aclamadas por el público por su gran talento y singular belleza, pero también por su personalidad.
Su manera de pensar y madurez han sido clave para alcanzar la fama y reconocimiento que tiene actualmente, pues eso la ha guiado para convertirse en toda una leyenda.
La singular belleza y personalidad de Monica Belluci
Quien haya escuchado hablar de ella, no puede negar que la guapa novia de Tim Burton es todo un ícono de la moda, pero lo más sorprendente es su magnética y simpática personalidad.
Aunque se ha consolidado como actriz, en el pasado Bellucci fue catalogada como símbolo sexual de su época por su exuberante cuerpo y gran belleza. Sin embargo, supo trascender para dejar de ser una ‘chica sexy’ y transformarse en una leyenda del cine, gracias a su buen criterio para elegir los proyectos en los que participaba.
Incluso, en varias de esas actuaciones parece que el tiempo no pasa por ella y luce cada vez mejor. Por ejemplo, cuando llegó a los 50 años de edad, demostró que su belleza es eterna, con su papel de chica Bond junto a Daniel Craig en 007: Spectre.
También, la ‘musa de Hollywood’ abraza y acepta cómo va evolucionando su físico con el tiempo, lo cual se ve reflejado tanto en sus looks como en los papeles que interpreta.
“No solo me ofrecen proyectos más interesantes, en los que puedo interpretar tanto a una abuela como a una mujer fatal; además, me siento mejor conmigo misma. Veo las cosas con más distancia que a los 30, y disfruto observando cómo evoluciona mi cuerpo”, reflexionó en una ocasión a Esquire.
Parte de su secreto para seguir siendo una de las personas más atractivas del mundo, radica en que no reniega de su belleza y en que sabe que ésta es efímera, por lo que sigue trabajando para encontrar algo más en ella.
“La belleza solo dura cinco minutos. Si eres guapa y no tienes nada detrás, esa belleza no va a perdurar. Yo sigo trabajando así que espero que haya algo más en mí que mi belleza”.
Asimismo, la intérprete de María Magdalena en La Pasión de Cristo reconoce que la belleza en la juventud “depende solo de la genética”, y que al crecer, eso se transforma en sabiduría.
Lo que realmente “hace sexis a las personas al llegar a la madurez es la cantidad de experiencias por las que han pasado y a las que han sobrevivido. Lo demás es irrelevante”, aseguró al medio antes mencionado.