Como agua para chocolate es una novela que ha cautivado a lectores de todo el mundo gracias a su originalidad y profundidad. A través de la historia de Tita, Laura Esquivel nos invita a reflexionar sobre el amor, la familia y la búsqueda de la propia identidad. Aquí recopilamos sus mejores frases... y lecciones.
Pero, a todo esto, ¿qué significa decir “como agua para chocolate”? Esta frase se utilizaba para describir a alguien que está muy exaltado emocionalmente, similar a la expresión “me hierve la sangre”. Es una expresión popular que hace referencia a la temperatura del agua para preparar chocolate, que debe estar en un punto de ebullición. Es decir, estar “como agua para chocolate” implica estar al borde de una explosión emocional, ya sea de enojo, pasión o frustración.
Como agua para chocolate es una novela de Laura Esquivel y ha sido traducida a más de 30 idiomas y adaptada al cine en 1992, convirtiéndose en un clásico del realismo mágico. Su autora nació en Ciudad de México el 30 de septiembre de 1950, es una destacada escritora y política mexicana. Además, Laura escribió La ley del amor (1995), Malinche (2006) y A Lupita le gustaba planchar (2014).
Las mejores frases de Como Agua para Chocolate
Además de ser memorables por su belleza literaria, estas frases tienen la capacidad para evocar emociones profundas y reflexionar sobre las complejidades de las relaciones humanas.
- “El amor no se piensa, se siente o no se siente”.
- “Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento”.
- “Los olores tienen la característica de reproducir tiempos pasados junto con sonidos y olores nunca igualados en el presente”.
- “A Tita le encantaría ser una simple semilla, no tener que dar cuentas a nadie de lo que se estaba gestando en su interior, y poder mostrarle al mundo su vientre germinado sin exponerse al rechazo de la sociedad”.
- “En ese momento comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo”.
- “Tita supo en carne propia por qué el contacto con el fuego altera los elementos, por qué un pedazo de masa se convierte en tortilla…”.
- “Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela”.
- “La mera verdad es que la verdad no existe, depende del punto de vista de cada quien”.
- “Lástima que en aquella época no se hubieran descubierto los hoyos negros en el espacio, porque entonces le hubiera sido muy fácil comprender que sentía un hoyo negro en medio del pecho, por donde se le colaba un frío infinito”.
- “La vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse a dónde quiera que fuera los sabores y los olores de la casa materna”.
- “Sólo las ollas saben los hervores de su caldo, pero yo adivino los tuyos”.
- “Durante el entierro Tita realmente lloró por su madre. Pero no por la mujer castrante que la había reprimido toda la vida, sino por ese ser que había vivido un amor frustrado.”
- “Así, abrazadas, permanecieron llorando hasta que a Tita no le quedaron más lágrimas en los ojos. Entonces lloró en seco y dicen que eso duele más”.
- “¡Uno no puede cambiar unos tacos por unas enchiladas así como así!”.
- “Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que ya conocemos”.
Las palabras de Laura Esquivel tienen el poder de transportarnos a un mundo de sensaciones y emociones. A través de ellas, nos invita a reflexionar sobre la vida, el amor y la importancia de seguir nuestros sueños.