Además de Salem Witch Museum.
En pocas palabras, Goya exploró la crítica social contemporánea en las brujas —y en las criaturas fantásticas y aterradoras—.
Aquí puedes leer más sobre la extraña obsesión de Goya por los aquelarres y la brujería.
Albrecht Dürer, ‘The Four Witches’
Esta obra del artista alemán y renacentista ha sido interpretada como la gran pintura de las cuatro brujas en representación de mujeres desnudas formando un círculo que parece “conspiratorio”.
En los análisis remarcan que el cráneo en el suelo representa la muerte.
Francisco Goya, ‘Witches Flight’
‘El vuelo de las brujas’ de Goya se completó en 1798 y muestra a tres brujas semidesnudas con un sambenito (un sombrero de los penitentes católicos).
Llama la atención cómo están rodeando y cargando a un hombre como su víctima, pareciendo que lo devorarán o le chuparán la sangre.
Benjamin West, ‘Saul and the Witch of Endor’
Esta pieza de 1777 ilustra un paisaje del Antiguo Testamento.
Saúl busca la ayuda de un oráculo antes de ir a la guerra con los filisteos. Y sale la bruja convocando al espíritu del profeta Samuel.
Aquí, Saúl y sus hombres se encogen de miedo cuando el fantasma aprece para hablarles.
Salvator Rosa, ‘Witches at their Incantations’
The Guardian traduce el arte de Salvator Rosa como “satánico” y “el que hizo visible a la oscuridad”.
Esta pintura es la escena de un aquelarre para rendir culto al diablo.
Con algunas figuras desnudas, otras sufriendo y una persona que murió colgada.
Definitivamente una de las más macabras.
Francisco Goya, ‘Witches’ Sabbath’
Esta obra de Goya que data de 1798 muestra al diablo en una de sus figuras más arraigadas: una cabra negra.
Al diablo le rodean mujeres ancianas perturbadas —una de ellas sosteniendo el cadáver de un niño.
Otro elemento clave para la brujería es la luna cresciente y los murciélagos volando.
Remedios Varo, ‘Bruja que va al Sabbath’
En esta formidable tesis hablan de que “la brujería, como parte de una tradición de saber místico y oculto, fue para Varo una forma de conocimiento”.
Relacionan a la bruja de esta pintura con la sabiduría de las mujeres —"nos preguntamos si no sería una bruja culta, una maga con muchas curiosidades”.
John William Waterhouse, ‘The Magic Circle’
Historiadores han apuntado que la mujer en la imagen puede ser tanto una bruja como una sacerdotista.
Pero el mayor vínculo a la brujería viene del círculo mágico que hace con la varita.
Además le rodean animales ligados a las brujas, como cuervos y ranas.
Los círculos son un símbolo de protección contra el mal, y las brujas pueden “encerrarse” en uno para estar a salvo.
Frans Francken II, ‘Witches’ Sabbath’
Esta obra de 1606 es “la concepción tradicional de las brujas oscilando entre la belleza y el horror, la sensualidad y la lujuria”, explican en V&A.
Vemos una imagen con mucho desorden, mujeres desnudas y un par de bufones.
También hay mujeres leyendo, acción que consideraban “inadecuada” en aquella época.
Y también hay un círculo en el piso con cráneos y velas prendidas.
Quizá el detalle más notorio de brujería es la mujer al fondo con un caldero.