Después de meses de no haber sido vistos juntos, el pasado 5 de junio, el rey Felipe VI y su hermana, la infanta Cristina, reaparecieron pisando un mismo recinto. Sin embargo, más allá de dar la nota por su reconciliación, ambos estuvieron presentes en los titulares debido al desdén con el que se trataron.
El evento en el que volvieron a reunirse los hijos del rey emérito Juan Carlos se trató de la 42ª edición de la ceremonia de entrega de las becas de posgrado en el extranjero de la Fundación la Caixa, un acto que al tener una gran relevancia altruista pudo haber propiciado la reconciliación de los distanciados hermanos, algo que, definitivamente, no sucedió.
Mientras Felipe VI se encargaba de hacer todo lo propio para presidir el evento, la infanta se dispuso a mantenerse en un segundo plano, pese a que ella forma parte de las colaboradoras más importantes de la fundación.
Al respecto, la prensa española destaca el hecho de que el monarca, sentado unas cuantas butacas enfrente de su hermana, ni siquiera tuvo la osadía de mirarla, un gesto poco cortés que, sin duda, proyectó el resentimiento que el esposo de Letizia sigue teniendo con su hermana, con quien mantiene distancia desde hace ya más de una década.
La historia del distanciamiento entre Felipe VI y la infanta Cristina
El distanciamiento entre Don Felipe y su hermana Cristina, se produjo principalmente debido al escándalo de corrupción en el que estuvo implicado el ex esposo de la infanta, Iñaki Urdangarin, quien en 2010 fue condenado por el “caso Nóos”, que fue el nombre mediático que se otorgó a la investigación por malversación de fondos del Instituto Nóos, del cual el ex balonmanista era director.
La infanta Cristina también fue investigada en relación con este caso, ya que era miembro de la junta directiva de la entidad sin fines de lucro. Aunque finalmente fue absuelta de los cargos penales en 2017. Sin embargo, por el simple hecho de haberse visto involucrada, Felipe VI, recién embestido, tomó la decisión de retirar a su hermana del ducado de Palma, algo que terminó por romper su ya fracturada relación.
Además, cabe recordar que al ser proclamado como rey en 2014, Felipe decidió reducir la monarquía, acotándola solo a cinco actores principales: él, su esposa, Letizia Ortiz; la heredera al trono, Leonor de Borbón; la infanta Sofía; y la reina emérita Sofía de Grecia.
A partir de dicho recorte institucional, tanto la infanta Elena como Cristina quedaron relegadas de los actos institucionales, por lo que rara vez podemos ser testigos de escenas como la del pasado 5 de junio, en la que se dio prueba de que la reconciliación entre el monarca y su hermana podría estar aún más lejos de lo que muchos auguraban.