Hoy fue el gran día para la princesa Eugenia de York y su ya esposo Jack Brooksbank. El enlace se desarrolló de manera tradicional, salvo algunas excepciones, como la falta del velo en el traje nupcial de la novia o la participación de la princesa Beatriz como dama de honor. Sin embargo, hay cosas que permanecen…
Una vez terminado el recorrido que los recién casados dieron alrededor de las calles de Windsor, tras haberse dado el “sí, acepto” en la capilla de St. George en el Castillo de Windsor, la reina Isabel ofreció un almuerzo en honor a los novios, al cual asistieron sus familiares y amigos. Y claro que el pastel de bodas no podía faltar. Se reveló que el delicioso postre es de red velvet con chocolate. Una combinación moderna y atrevida que, en parte, rompe con lo rígido del protocolo que suele acompañar esta clase de festejos. El diseño es de una notable creación escalonada, en cuya base principal se pueden observar las iniciales de los novios: “E.J.”.
Por si fuera poco, la autora detrás de esta creación, la famosa pastelera londinense Sophie Cabot, quien destaca por incorporar detalles pintados a mano en sus pasteles, tomó como inspiración la época del año en la que se celebra este enlace: el otoño, decorando el notable pastel con hojas en tonos naranja encendido y algunas ocre, lo que ha dado un toque colorido y muy especial.
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